"La escuela de Atenas": el homenaje del gran Rafael a la cultura clásica.
Los genios dell Renacimiento nunca negaron ni la influencia recibida de la Antigüedad, ni la admiración que sentían por ella.
Tanto, tanto, hablar de prerrafaelitas, y nada de quién, de forma indirecta -y evidentemente, involuntaria; básicamente, porque hacía siglos que había muerto- había ayudado a la Hermandad y a sus seguidores -o a los considerados como tales por los críticos- a tener dicho nombre. Se trata, claro está, del genial Rafael Sanzio (1483-1520; sí, vivió muy poco, para lo mucho, y bien, que pintó), o simplemente, Rafael.
Rafael, desde luego, merecería, como mínimo, una larga entrada, o incluso dos o tres. Si finalmente, se la dedico, este cuadro, "La escuela de Atenas", volverá a salir, porque no tendría sentido hablar de su vida, su obra y su saber, olvidándose de él. No sería justo, ni lógico. Pero en este momento, es este cuadro, en particular, el que tiene su propia entrada -o post, o como se diga, aunque "entrada" me gusta más-. He ido leyendo sobre él no sólo en wikipedia, sino también en otras webs, como hezkuntza, donde se habla de arte en general, y que expresa todo lo que siente y por qué le gusta tanto este cuadro.
Respecto a dónde se encuentra, he podido leer, mucho más adelante, se encuentra en el Vaticano, en una de las llamadas "estancias de Rafael", pero no porque el artista hubiera vivido o dormido nunca allá -no era papa o religioso, es bien sabido-, sino porque fue él, quién pintó los increíbles frescos que las adornan. Otras obras que se pueden encontrar allá serían "La disputa del Sacramento" (1509), o "La expulsión de Heliodoro" (1511-1512), pero no es de ello de lo que se habla aquí. Fue un encargo, como queda dicho más arriba, del papa Julio II, gran mecenas de los mejores artistas de su tiempo, que quería que Rafael adornara con sus frescos diversas habitaciones del edificio del Vaticano, que este papa hizo crecer en tamaño, monumentalidad y fastuosidad.
Aunque el boceto lo dibujó entre 1509-10, la pintura le ocupó entre 1510 y 1512. Parece mucho tiempo, pero su tamaño es de 7.70 metros de base -de largo- y unos 5 de alto. Además, quiso pintar de la forma más precisa y fiel -dentro de lo que fuera posible- a cada personaje, y algunos de ellos, debido a que de los filósofos griegos se tienen mil y un bustos, pinturas o dibujos, pero casi siempre distintos entre sí, en realidad son retratos de artistas que él admiraba, o personas que estimaba. Más adelante, se irá hablando de cada uno de ellos, de los filósofos, y de los que le dan rostro.
Intentó, y casi consiguió, dar imagen de una perspectiva realista, pero los muros laterales lo impidieron. La imagen es una fantasía, en una academia imaginaria, en la que los filósofos, científicos, geógrafos o matemáticos de la Grecia antigua se reúnen para discutir el cómo y el por qué de todas las cosas de este mundo.
Y ahora, sin añadir más teoría, responder a la pregunta más lógica: ¿quien es toda esta gente?
Intentó, y casi consiguió, dar imagen de una perspectiva realista, pero los muros laterales lo impidieron. La imagen es una fantasía, en una academia imaginaria, en la que los filósofos, científicos, geógrafos o matemáticos de la Grecia antigua se reúnen para discutir el cómo y el por qué de todas las cosas de este mundo.
Y ahora, sin añadir más teoría, responder a la pregunta más lógica: ¿quien es toda esta gente?

Esta es una reproducción del cuadro al completo. La Academia en cuetión parece un palacio del saber, un edificio fastuoso, cuando los edificios o lugares donde daban clase, o enseñaban a sus discípulos a base de una serie de preguntas y respuestas, acostumbraban a ser modestos.

Los personajes que han sido reconocidos -o eso se cree-, con números para diferenciarlos (wikipedia).
Comencemos por los principales, y no del uno al veintiuno -sí, es un poco más complicado, pero es a partir de los dos personajes principales, en el centro del cuadro, y alrededor suyo, que Rafael pintó a todos los demás-:




2.- Epicuro: El fundador del epicureísmo, que más que una visión únicamente edonista de la vida, defendía el vivirla, saborearla y disfrutarla lo máximo y mejor posible. Quizá, por su importancia, merecía un espacio un poco mejor. Es el de la foto con una corona de hojas.
3.- Federico II Gonzaga: Marqués -y después duque- de Mantua, conocido por ser mecenas de varios artistas renacentistas, como Tiziano, aunque no -que se sepa- de Rafael. Sin enbargo, alguna razón debía haber -amistad, posibilidad de encargos, o el que sí ejerciera mecenazgo con él- para que lo retratara. No se sabe a qué filósofo o sabio debía personificar. Digamos que se ha averiguado quién era el modelo, pero no quién llevaba su rostro.
4.- Boecio/Anaximandro/ Empédocles: Aquí hay varias teorías. Unos creen que se trata de Boecio, uno de los pocos filósofos romanos, que vivió entre los últimos años del Imperio Romano de Occidente y el Reino Ostrogodo, que intentó traducir al latín las obras de Platón y Aristóteles, y que bebía del estoicismo -la vida es como es, y hay que aceptarlo. Otros, que era Anaximandro, un filósofo griego de la escuela de Mileto, que defendía que el principio de todo era lo indefinido, lo indeterminado. Por último, otros ven a Empédocles, que estableció la teoría de las cuatro raíces, más tarde llamadas elementos -tierra, agua, aire y fuego-.
5.- Averroes: El único musulmán -andalusí, de la España musulmana-. Fue filósofo, médico, legislador, matemático, astrónomo... sin duda, un sabio multidisciplinar que se anticipó al Renacimiento, y que, aunque no se le tenga en cuenta, debió influir en la creación de dicho movimiento cultura, espiritual y artístico.

7.- Alcibíades o Alejandro Magno: Sin duda, un militar, pero también un guerrero, pero mientras Alejandro conquistó el inmenso Imperio Persa, y extendió el helenismo por gran parte del mundo conocido -y parte del desconocido-, Alcibíades fue un ateniense demagogo, aunque con gran poder de seducción, que embarcó a su patria en una desastrosa expedición a la Siracusa siciliana.


10.- Esquines, o Jenofonte: Esquines no fue filósofo, sino político y orador, enemigo de Demóstenes, y simpatizante de Filipo II, rey de Macedonia. Respecto a Jenofonte, lo suponen en dos lugares distintos, y quizá no sea ninguno de los que se supone que lo representan.
11.- Parménides: El maestro de Zenón de Elea -eran de la misma ciudad-. Su obra escrita se reduce a un largo poema filosófico del que apenas se conserva una pequeña parte. Un pre-socrático complicado, con tan poca información, que lo mismo escribía de astronomía, como de lo que era "el ser".
12.- Sócrates: Uno de los tres grandes. Maestro de Platón, que se suicidó, pudiendo escapar de la cárcel, para dar ejemplo de cumplimiento de la ley -o eso se piensa-. No escribió ninguna obra, sino que enseñaba a sus discípulos -cualquiera que se le acercase- al aire libre. Famoso por sus frases, como "Sólo sé que no sé nada", o "Conócete a ti mismo" -¿las dijo él? Tampoco hay plena seguridad de ello, pero fue una persona tan influyente como temida, eso sí es cierto-.

16.- Diógenes de Sinope: Conocido como el más radical de los cínicos. Vivía en plena calle, prácticamente como un vagabundo, por donde caminaba diariamente buscando "hombres justos". Conocido también por su anécdota con Alejandro Magno.
17.- Plotino: Griego de Alejandría, que vivió en tiempos romanos. Defensor de una vida humilde y solidaria, defendía una cosmogonía con un protagonista: el Uno, que era el centro de todo, algo más profundo de lo que podría pensarse y explicarse en pocas palabras. Era un neo-platónico.
18.- Euclides o Arquímedes: Uno y otro eran matemáticos, físicos y, en general, conocedores de la matemática y la materia -la geometría euclidiana, y el teorema de Arquímedes llevan sus nombres-. El personaje representado -sea quién sea- lleva el rostro del pintor Bramante, y está dando una clase a un grupo de estudiantes.

20.- Claudio Ptolomeo: Vivió en Alejandría, en tiempos romanos. Geógrafo, astrónomo y divulgador científico. Una eminencia de su época.
21.- Protógenes: Casi el único pintor, nacido en Asia Menor. Quizá, porque apenas se conoce ninguno más, pues no era habitual que los pintores firmaran sus obras. No se conserva ningún original suyo, aunque sí descripciones de alguna de sus pinturas. El tal "El Sodoma", era Giovanni Antonio Bazzi, un pintor que recibía ese apodo por no disimular su homosexualidad -conocida en aquellos tiempos como sodomía, por la ciudad bíblica-.
R.- Apeles: Representado por el mismo Rafael. O sea, un pequeño autorretrato. Apeles fue, junto a Protógenes -que casi vivió en su misma época- uno de los grandes de la pintura griega antigua. Y ambos son, tal vez, los únicos de los que sabemos bastante de su vida, y algo de su obra, aunque no podamos admirar ningún original suyo.
Así que, ahora que se sabe quién es quién en dicha obra maestra, será todavía más placentero el disfrutarla. Pues que aproveche.
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