miércoles, 27 de diciembre de 2017

Los prerrafaelitas (anexo XV): Thomas  Cooper Gotch, el pintor realista que abrazó el prerrafaelismo.

Vuelta al mundo prerrafaelita, con un autor no especialmente conocido, que abandonó el realismo cuando el movimiento ya había madurado.


Cooper Gotch, el realista que vio la luz prerrafaelita, en el pueblo de los artistas realistas.

Hace ya meses que no cuelgo más que alguna entrada muy de vez en cuando, porque estoy bastante más ocupado que hasta hace poco, y andaba un poco falto de ideas -la verdad-. Pero mirando aquí y allá -por ejemplo, para poner alguna imagen como felicitación múltiple por las fiestas-, me encontré un pintor del que me sonaba haber visto alguna imagen, pero no estaba seguro de haberlo tratado antes. Finalmente, pude comprobar en el listado de entradas que no había hablado nunca de él. Se trata de Thomas Cooper Gotch -¡uno de esos sonoros apellidos ingleses!-, que, entre otras cosas, no tiene entrada en Wikipedia -donde encontré información de tantos y tantos compatriotas suyos, prerrafaelitas o no-, de ahí que quizá no me sonara, hasta que empecé a buscar en inglés. Y ahí sí encontré.
Bueno, al lío. Thomas Cooper Gotch, o TC Gotch, nació en 1854 -cuando los primeros prerrafaelitas comenzaron su movimiento rupturista, por lo que se le debería considerar un miembro de la segunda generación de la corriente, llegando a ser contemporáneo de los neo-prerrafaelitas, bien entrado ya el siglo XX-, en la pequeña ciudad de Kettering, en el condado de Northamptonshire, en el corazón de Inglaterra. Entre sus hermanos, destacaba uno mayor que él, John Alfred Gotch, que fue un arquitecto famoso en su época.
Estudió arte en Londres y Amberes -Bélgica; más exáctamente, Flandes-, tras lo cual se casó con una compañera de estudios -la conoció en la Slade School of Fine Art de Londres- artista como él, Caroline Burland Yates, y seguiría estudiando arte, en este caso, en París, que rivalizaba con Londres, y en menor medida Bruselas y Viena, como capital europea del arte. Tras pasar con su esposa y su hija Phyllis Marian, en ocasiones modelo de sus obras, una temporada en Australia -Imperio Británico, al fin y al cabo-, y a otros países -Italia, Austria, hasta Sudáfrica- se establecieron en la pequeña población de Newlyn, en Cornualles. Y aquí habría que hacer un pequeño inciso...
Newlyn era, y sigue siendo, una pequeña población pesquera de Cornualles -Cornwall, en inglés-, donde se establecieron -bien en el pueblo propiamente dicho, bien en sus alrededores, como la también pesquera Lamorna- cierto número de artistas realistas de Gran Bretaña -la colonia artística de Newlyn, o Newlyn School-, que buscaban allá luz natural, vida barata, y abundancia de modelos que aceptaban sueldos bajos.

El pintor, en un autorretrato.

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"Compartiendo pescado" (1891), es un ejemplo de su primera etapa, realista y con temática marina. No le duró mucho, tras su paso por Europa.

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"¡Aleluya!" (1896) es una de sus obras más conocidas -sí, la he vuelto a utilizar con una diferencia de un par de días, pero es cierto que resume lo que fue Cooper Gotch como artista-. Se comprueba la influencia de la pintura italiana renacentista, pero pasada por un filtro más moderno. Los personajes femeninos sí que parecen ser herederos de los del prerrafaelismo "clásico", pero con otro aire, como si fueran las hijas -por decirlo así- de las mujeres -de la mitología, la literatura, la Biblia...- pintadas por Alma-Tadema, Rossetti, y compañía.

 En general, los artistas como Cooper Gotch se dedicaron, como se ha dicho, a la pintura realista, casi siempre al aire libre -en aquellos años, se usaba la expresión francesa "En plein air"-, retratando la vida de los pescadores y sus familias, barcas, amaneceres o atardeceres a la orilla del mar, etc., pero él, curiosamente, parece que se cansó bastante rápido de pintar siempre los mismos temas, y se pasó al prerrafaelismo, tras sus viajes por Florencia y París a principios de la década de los 90 del XIX -la influencia italiana, siempre presente en el prerrafaelismo; respecto a París, Cooper Gotch parece que reconoció la valía de la pintura francesa más que otros británicos- dedicándose el resto de su vida a pintar en ese estilo -o en una versión de él más moderna, más del siglo XX-. Y fue con él con el que se hizo famoso. Se retratar la luz natural, el mar, y pescadores y sus familias -personas reales, de un mundo real- pasó a la fantasía, la alegoría, las mujeres de belleza deslumbrante, el lujo entre oriental e italiano... quizá sólo estaba buscando un "algo más", y lo encontró en Italia -como tantos y tantos-, y en París, la ciudad luz.
También fue ilustrador de libros, y realmente, se ve en sus cuadros al óleo la influencia no sólo de su experiencia propia como ilustrador, sino también en la de otros -fueran dibujantes, pintores de acuarela, grabadores...-. En ocasiones, puede parecer que Cooper Gotch podría haber sido cartelista, pues sus pinturas, aunque fuera de forma indirecta, parecen reflejar influencia de artistas modernistas, realistas, o de otros estilos posteriores al prerrafaelismo, al cual se unió -muy a finales del XIX, en las postrimerías de la Época Victoriana- cuando el movimiento ya estaba siendo considerado un tanto anticuado. Precisamente, cuando se hizo realmente un nombre -a principios del siglo XX-, el prerrafaelismo ya se estaba apagando.

"La niña en el trono", de 1894. La pintó muy poco después de dar el salto al prerrafaelismo.

Imagen relacionada
"La madre en el trono", es un cuadro multitudinario, que parece un complemento al de la figura solitaria de la obra anterior.

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Sobre esta "Procesión de invierno", no estaba completamente seguro de la autoría de Gotch, pero me ha gustado tanto, que he decidido ponerla aquí de todas formas.

La Belle Dame Sans Merci "The Beautiful Lady Without Pity" By Frank Cadogan Cowper(1877-1958). English.:
También él pintó su versión de La Belle Dame Sans Merci, de John Keats. Se podría decir que hubo ciertas temáticas o personajes que casi todos los prerrafaelitas -y algunos que no lo fueron, también- retrataban casi como para demostrar que formaban parte de la corriente, como si cada uno de ellos tuviera que dar su particular versión de ellos.

Fue miembro, y expuso, en la Royal Academy -como tantos y tantos...-, en el Royal College of Art, e incluso en el Paris Salon, pues fue capaz de dar el salto al continente. Fue conocido y reconocido en vida, participó en exposiciones año tras año, y se ha hecho un hueco en la historia de la cultura británica -sobretodo, en la Época Victoriana tardía, y en la Eduardiana-, si bien apenas es conocido más allá de su país, donde todavía se le tiene en cuenta en exposiciones retrospectivas y en estudios del boom artístico británico de tiempos del imperio.
Murió en 1931, en Londres, cuando estaba, precisamente, participando en una nueva exposición. Fue enterrado en el cementerio de St. Sancredus, junto a otros artistas de la Newlyn School, que nunca abandonaron el realismo -Stanhope Alexander y su esposa Elizabeth Adela Forbes-.