lunes, 28 de septiembre de 2015

Las fotografías de la mujer misteriosa en la playa: una vez más, la capacidad de fotografías anónimas para trasladarnos al pasado.

Unas fotos encontradas de casualidad, y el revuelo que han organizado en redes sociales.


Esta es una historia que se ha repetido no se sabe cuantas veces, pero que no por ello, deja de parecer nueva, ni de seguir siendo capaz de llenar de curiosidad y fascinación a no pocos que se encuentran, casi siempre por pura casualidad, con ella.
Según cuenta la fotógrafa norteamericana Meagan Abell -y nada parece indicar que no sea cierta, aunque nunca se sabe...-, ésta estaba curioseando por una de esas tiendas de segunda mano, donde trastos se entremezclan con curiosidades y auténticos tesoros, y encontró una caja con cinco series de negativos. No parecía estar muy a la vista, sino más bien como alguna antigua curiosidad medio apartada, que podría pasar -y realmente, debió pasar- inadvertida para no poca gente, pero lo que la futura compradora vio le llamó mucho la atención: parecía una serie de fotografías profesionales, o semi-profesionales, de dos mujeres jóvenes en la playa, si bien una de ellas es la que protagoniza en solitario casi todas ellas. En realidad, todas menos una o dos -a mí me parece que, aparte de una en la que se ve claramente que es una chica distinta a la protagonista principal de las fotos, hay otra en la que la "secundaria", por llamarla así, aparece en una segunda, tomada desde una distancia mayor que las otras-.

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Los negativos en manos de la autora, tras haber estudiado detenidamente cada uno de ellos.

Las compró por una miseria -tres dólares cada uno, quince en total; unos 2'5 euros cada uno, más o menos-, se las llevó a casa, y empezó a invistigar, haciendo lo más lógico, y más todavía en una profesional de la fotografía: escanear los negativos, o sea, pasar al papel lo que allá estaba recogido. Y consiguió una serie de fotografías donde se podía ver, básicamente, a una joven con un vestido que correspondería, temporalmente, a entre finales de los cuarenta y principios de los sesenta -más bien, de la década de los cincuenta en su conjunto, aunque bailando un poco la fecha arriba y abajo-, que parece, si no una modelo profesional, sí alguien que tiene una habilidad y, seguramente, experiencia en posar para fotografías tanto publicitarias, como artísticas. En todas ellas aparece al lado del mar, o bien internándose en él, o dejándose cubrir por las olas, a veces incluso a la altura de la cintura.
Hay también otra fotografía, en que se ve a una segunda joven. Ésta, al contrario que la primera, protagonista de casi toda la serie fotográfica, no es entre morena y castaña oscura, sino rubia, con un vestido rojo, un peinado distinto, y que parece mirar el horizonte, no desde la orilla del mar, si no de lo que parece un pequeño promontorio. Tal vez ella también fuera fotografiada en más ocasiones, pero esos negativos, de haberlos, se perdieron, tal vez para siempre. O no.
Pero para Abell, el poder recuperar aquellas imágenes, y colgarlas en internet, no era suficiente. Deseaba saber dónde se habían capturado aquellas subyugantes imágenes, quienes eran las protagonistas, quién el fotógrafo, cuándo se hizo todo aquello... Algo, sin duda, extremadamente difícil, por no decir casi imposible, pero de la misma forma que internet, y las redes sociales, le dieron la oportunidad de compartirlas, también, pensó, podrían servir de ayuda para averiguar algo más sobre ellas, así que pidió por su cuenta de twitter cualquier tipo de información o pista para saber algo más sobre la que ya es llamada "la mujer misteriosa de la playa".
Y nunca se sabe, tal vez sí, que algún día cercano se llegue a saber quien es ella, y su rubia compañera, y el autor de todo ello que, sin duda, o era un fotógrafo profesional, o alguien que tenía unos conocimientos de fotografía realmente notables -y más, teniendo en cuenta que las cámaras de la época no se pueden comparar con las de hoy en día, y el color reflejado en sus fotos, tampoco-, pues la luz, las sombras y brillos, o el cómo logró capturar la belleza del mar, la figura femenina, o lo que no está muy claro si era un amanecer o una puesta de Sol, son, en su conjunto, reflejados de forma extraordinariamente hábil y atractiva.

Y aquí, la serie de fotografías original. O al menos, todas las que he podido encontrar:


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Y para quién algo sepa, o desee expresar lo que sea, su hashtag es #findthegirlonthenegatives. O sea: "Encuentra a la chica de los negativos".

O bien, entrar en su página de facebook.

Anexo: Por lo que la misma fotógrafa ha ido colgando en su cuenta de twitter, y su página de facebook, está casi segura de que fueron tomadas en la costa de California, y que, realmente, no eran realmente negativos de fotografías, sino transparencias de diapositivas de película.
Y respecto a la opinión de la gente, claramente hay dos bandos contrapuestos: los que creen que todo es un montaje, o una genial campaña de marketing; y los que consideran que, exceptuando algún pequeño detalle, la historia es cierto, y por tanto, el misterio de su origen añade atractivo a las imágenes en sí mismas.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Un anexo -o lo que sea; llamémosle "completismo"- sobre la entrada dedicada a Vittorio Giardino.

Después de una entrada sobre un pintor, o un autor de cómic, por mucho que se intente que sea completa, acaba faltando algo.


Bueno, ya se habrá visto que, últimamente, escribo muy poco en el blog, y además, son entradas más bien cortas. Todo esto es debido a una mezcla de algún trabajo temporal -o entrevistas para encontrar algo-, estudios, un viaje, y el estar escribiendo una novela que, como mínimo, se podría decir que es mala, pero que me lo estoy pasando muy bien en su censecución -bueno, ahora no tanto, porque una vez, acabada, y antes de empezar la segunda parte, tengo que repasar errores de todo tipo, lo que sí resulta algo aburrido-.
Pero como no me gusta dejar el blog completamente parado durante, quizá, semanas o un par de meses, si no más, iré escribiendo alguna cosa, aunque se trate de entradas muy breves, y en no pocas ocasiones, complementarias de otras anteriores, y más largas y completas. De ahí, lo de "completismo". Ya lo hice con la de Everett Millais, una vez que descubrí una obra de la que no sabía nada, y quise comentar. Podría haberlo hecho en la entrada original, pero la gente que ya la hubiera leído, y no le interesara volver a hacerlo, no habría visto la novedad.
Bien, pues en este caso, sería comentar cuatro cosas sobre el autor de cómic italiano -el fumetto- Vittorio Giardino, del cual he leído una parte importante de su obra -y estoy intentando poder leer el resto-, y que reconozco es alguien cuyo trabajo -lamentablemente, sin ser escaso, tampoco extremadamente amplio- me gusta mucho. Así pues, cuatro tonterías alrededor de la persona y la obra de Giardino.


Figuras para incondicionales, entrevistas, y homenajes.

-En ocasiones, es requerido para alguna portada o ilustración de personajes que no son suyos, a modo de homenaje o conmemoración de un número elevado y redondo de una publicación:

giardino julia 200
Esta es la obra original -en la portada, sólo se ve a la protagonista, no al atacante de la derecha- que Giardino realizó para conmemorar el número 200 de la colección de las aventuras de Julia (las aventuras de una criminóloga), que en Italia ha cosechado, desde hace ya mucho, gran aceptación entre los aficionados al cómic de género negro, y del cómic adulto en general. Desde no hace mucho, también se puede leer en España, donde las historias se venden en tomos que incluyen dos números.

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Y aquí, como quedó en la portada. Y a la derecha, una del dibujante original -y no, el parecido a Audrey Hepburn no es casual, según ha reconocido-, Soldi, sustituido en los últimos tiempos por Spadoni, y con guión, principalmente, de Berardi. Todo marca de la casa de la Editorial Bonelli.


-Algunas de sus portadas o ilustraciones han acabado sirviendo de modelo para figuras en 3d, que son buscadas por los fans más acérrimos... o los amantes de ver a jóvenes en posturas o situaciones un tanto particulares:




A la vista está, que algunas de sus portadas más conocidas dan para mucho. También en el "mundo exterior", fuera del papel. 


-También existe un documental, mezcla de entrevista y análisis -o más bien, de presentación de su obra por él mismo-, que se puede comprar en DVD en italiano.



-Un homenaje a los dibujantes asesinados en el atentado del Charlie Hebdo:

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-A partir del cuadro de Matisse "Lujo, calma y voluptuosidad", Giardino realizaría tres obras de ilustraciones, donde sus protagonistas femeninas representarían las sensaciones que Matisse quiso representar en su cuadro:

El cuadro de Matisse, en el que se inspiraría  Giardino -en el título, la temática, la belleza femenina, la excusa para crear una nueva obra, en resumidas cuentas- para su trilogía.



"Lujo, calma y voluptuosidad": tres visiones de la naturaleza femenina.


-"La mitad seductora" (2010) es uno de los trabajos más recientes de Giardino. Relatos cortos, o no tanto, sobre todo tipo de mujeres: esposas, amantes, mujeres fatales, o aparentemente inocentes.



-En 1986, los responsables de la revista "Glamour Illustrated" decidió sacar al mercado algunos libros de ilustraciones a todo color -también llamados art-books- con algunos de los mejores dibujantes e ilustradores italianos, entre los que estaba Giardino. El libro, de unas 200 páginas, es una maravilla, pero fuera de Italia -donde, además, tuvo una tirada corta- es casi desconocido, y muy difícil de encontrar. Es posible -se dice, se cuenta- que haya nuevas ediciones, pero está por ver:

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-Y ya por último, una despedida, con una ilustración dedicada a la gran Marilyn, que es el título que el autor le puso:

miércoles, 16 de septiembre de 2015



Gente de mi ciudad (IX): Joan Roig i Solé, el creador de "La dama del paraguas".

Uno más de los escultores nacidos en Reus, con una obra mucho más conocida que su propio nombre.


Otro reusense -como Gaudí y tantos otros- que se hizo famoso por su obra en Barcelona.

Joan Roig i Solé nació en Reus, en 1835, y murió en Barcelona, ciudad donde se puede encontrar, si no toda, sí una parte importante de su obra, en 1918 (a la derecha, una foto suya, en su juventud).

Estudió en la Escola Llotja de Barcelona, como su conciudadano Fortuny, entre otros, para proseguir en la Academia de San Fernando, en Madrid. Uno de sus maestros sería Doménic Talarn, del que aprendió, principalmente, a realizar imágenes religiosas -algo muy habitual en la época, y más, en España-, aunque él tendría una mayor variedad temática en sus gustos y encargos.
Una parte de su obra sen encuentra en Barcelona, sobretodo en el distrito del Eixample -Ensanche, en castellano, pues de eso se trataba: del ensanche o ampliación de la ciudad antigua, o Ciutat Vella, una vez que se derribaron las antiguas murallas-, y otra, en los  cementerios de Reus, Barcelona, Vilanova i la Geltrú y Comillas (Cantabria) donde realizó algunos de sus mejores panteones -de los que incluyen esculturas, se entiende, pues otros, a pesar de ser magníficas obras de arte, son también arquitectónicas, sin estatuaria importante por ningún sitio-. Es el autor de nada menos que de setenta y nueve figuras de la fachada de la catedral de la ciudad, además de otras dos para su interior: "La Inmaculada", y "Santa Eulalia", además de otras obras menos conocidas, como la dedicada a Sancho Panza (1874), o el "Monumento a los Propulsores del Ferrocarril", en Vilanova i la Geltrú (1882), o una estatua de San Francisco, del mismo año, o algunas más, como las que siguen al texto:

"La Industria " (1888), en el antigua Casino de Barcelona. A pesar del año en que fue presentada al público, no tiene nada que ver con la Exposición Universal del mismo año, pues se trataba de un encargo privado.

La escultura "Laboremus", en el Centro de Lectura de Reus -asociación bibliotecaria y cultural privada de la ciudad-, también de 1888, de forja de hierro, y que hace referencia, como otras de la época, al trabajo y la industria, en beneficio propio, de la sociedad y el país.

"Monumento al los Propulsores del Ferrocarril" (1882), con medallones -relieves con rostros dentro de círculos, como si fueran orlas- de propulsores del tren en Cataluña. Cada una de las estatuas que rodean a la principal -Cataluña-, simbolizan a Vilanova -la ciudad donde está el monumento-, Valls, Barcelona -otros dos nudos principales del ferrocarril de la época- y a la misma vía férrea. 

Su material preferido, el que más usó, fue el mármol, y su estilo sería el realismo, dejando un tanto atrás tanto el estilo más clásico como el romántico -lo que se llamaría "escultura moderna", en su época, se entiende-, y es comparable a otros escultores contemporáneos suyos como Marià Benlliure. 
En 1888 cerró su taller, pero siguió haciendo esculturas, más pequeñas, de las llamadas "de salón". Resultaban más fáciles y rápidas de hacer, y normalmente eran encargos de personas adineradas, de la burguesía catalana, que las deseaban para decorar sus casas y jardines. Fue miembro de la academia de Ciencias y Artes de Barcelona, además de catedrático de escultura de la Escola de Belles Arts -Escuela de Bellas Artes- de la misma ciudad, lo que hizo que tuviera no sólo numerosos alumnos que, además, fueron admiradores, suyos, sino también no pocos discípulos.
Tenía un estilo realista, académico y neo-clásico, aunque esto último no significa que su influencia principal fuera la escultura greco-romana, sino autores franceses o españoles -entre otros- de su mismo tiempo. La segunda mitad del siglo XIX significó una época de renovación de la escultura clásica, que no había cambiado gran cosa desde el Renacimiento.
Respecto a sus obras, hubo una que, pasado el tiempo, y a pesar de que en principio recibió no pocas críticas al ser considerada demasiado poca cosa, sin grandeza ni supuesta capacidad para pasar a la historia y no quedar enseguida anticuada, se hizo inmortal: "La Dama del Paraguas" -en catalán, en su título original "La Dama del Paraigua"-, que hoy en día todavía se puede admirar -previo pago, eso sí- en el interior del zoológico de la ciudad condal, aunque para poder verla, primero hay que pasar por taquilla a la entrada del zoo.


"La Dama del Paraguas", o la joven con un paraguas en la mano que más dio que hablar, y que más visitas ha recibido en el último siglo y pico.

La escultura en cuestión, como ya se ha dicho, se encuentra hoy en día en el interior del Zoo de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella, lo que hace que, si se desea ver, hay que entrar en su recinto, pagando entrada, lo que ha hecho que, en los últimos tiempos, haya sido un poco olvidada, pues hay gente que le habría gustado verla, pero que no siente interés por los zoológicos, o tiempo para visitarlo, y no le apetece pagar entrada sólo por ver la estatua. Imagino que lo más lógico es que fuera una de las esculturas principales de uno de los parques de Barcelona -el de la Ciutadella, por ejemplo, que se encuentra en el mismo distrito-, pero las cosas son así. Por lo menos hasta el momento.
Fue creada por Roig i Solé en 1884, como parte de las obras -arquitectónicas, artísticas y urbanísticas- de la Exposición Universal de 1888, y ocupó la galería central del Palacio de la Industria, edificio principal de la Exposición, que se desmanteló en 1930.
La fuente en sí misma, sin la escultura, fue diseñada por Josep Fontserè -diseñador del Parque de la Ciutadella-, que tenía planeado que fuera culminada por algún tipo de obra que hiciera referencia al progreso en general -tecnológico, económico, artístico-, pero finalmente, y sin que quedara demasiado claro el por qué, el remate de la fuente -que en sí mismo, no es que sea algo extraordinario, ni la gente se fija demasiado en ella- acabó siendo un encargo para Roig i Solé, que la creó en Reus, y fue colocada sobre la fuente en 1885.

Una fotografía de la estatua de cuerpo entero, sobre la fuente de Fontserè. Todo, de mármol blanco. En la foto pequeña de arriba a la derecha, se puede ver como el agua gotea por el paraguas, como si realmente la joven se hubiera protegido de un chaparrón que ya ha amainado.

Por lo visto, en principio, no fue muy del gusto de los barceloneses, que no esperaban una obra tan aparentemente poco seria, sen grandeza, que se limitaba a representar a una joven que se protegía de la lluvia con un paraguas, y no otra de mayor trascendencia y empaque político, social y de orgullo local. Se criticó, incluso, el vestido de la chica, argumentando que, pasado el tiempo, y tras los sucesivos cambios de la moda femenina, en pocos años quedaría obsoleto, como la obra en sí.
Sin embargo, con el paso del tiempo, tanto barceloneses como turistas se acostumbraron a la estatua, y se le tomó gran cariño. Realmente, en no pocas ocasiones ha sido una figura que ha representado a Barcelona, que se ha hecho reconocible en todas partes, y hasta su imagen fue la carátula de las películas de una productora cinematográfica de la ciudad: Barcino Films.
En principio se encontraba dentro del Parque de la Ciutadella, el diseñado por Josep Fontserè, pero al crearse en 1957 el Zoo de Barcelona, parte del parque fue engullido por este último, y quedó en su interior. En 1985 se le sustituyó el paraguas, que estaba ya en muy mal estado -aunque se conserva el original-, y en 2004, el monumento entero fue restaurado. Entre otras cosas, se sustituyeron los antiguos tubos de plomo, por donde salía el agua que caía por el paraguas, por otros nuevos, de polipropileno, un material más resistente y ligero. Por estos tubos, que se encuentran en el interior de la estatua, es por donde pasa el agua que, saliendo por la parte superior del paraguas -sin que se pueda ver desde abajo- cae por éste como si realmente estuviera lloviendo, y la joven desconocida, la bella dama de otra época que se ha resistido a envejecer y a dejar de regalarnos la vista con su tranquila presencia, intentara protegerse de la tormenta.
Una anécdota, real, sobre lo que en su momento significó la creciente fama de la estatua sería que fue muy bien recibida por los fabricantes de paraguas y sombrillas. Tanto, que cada 4 de mayo, día de su patrón, San Pedro Regalado, realizan una ofrenda de flores al pie de la dama.

Gran parte de la información la he encontrado en la wikipedia en catalán -vikipedia-, donde se habla bastante no sólo del autor, sino también de su obra, principalmente de la más conocida de todas, "La Dama del Paraguas".

jueves, 3 de septiembre de 2015

Aaron Horkey, ilustrador neo-modernista y un tanto gótico.

Ejemplo de ilustrador moderno con influencias artísticas neocentistas.


El arte de la cartelería nunca murió.

Aaron Korkey es un ilustrador nacido en Windom, Minessota, en Estados Unidos, -de ahí que lo llamen en ocasiones "artista del Medio Oeste rural"- y se ha dedicado, básicamente, a realizar carteles, tanto para bandas de música -Boris, Isis, The Melvins-, como para trabajos de todo tipo para la empresa Mondo, especializada en carteles de cine de los llamados "alternativos", o sea, no oficiales, pero que son reconocidos por las distintas productoras de las películas -o series- como parte del merchandising -después de pagar por uso de marcas registradas o derechos de autor, se entiende- de unas u otras. Hace tiempo ya incluí algunos "Carteles Mondo", que hacían referencia a las distintas partes del universo de "El Planeta de los Simios"
Horkey realizó una exposición individual en la Galería Remick en 2010, y en 2011, junto a Vania Zouravliov, creó un cartel sobre Drácula que fue considerado uno de los cincuenta mejores "Carteles Mondo" realizados hasta ese año. Uno de sus carteles más famosos fue el de "El Señor de los Anillos: El retorno del Rey", de 2012. 
También es un habitual de la revista "Justapox", tanto en la web, como en su versión en papel, donde no sólo presenta sus nuevas obras, sino que también realiza portadas.
Y respecto al estilo, se ve una mezcla de cartelismo modernista -véase al maestro Mucha, o a tantos otros-, pero también con influencia gótica, más moderna que clásica.
Ha participado en no pocas exposiciones, individuales o colectivas, pues muchas de sus obras, siendo carteles para conciertos -la mayoría de los grupos lo contratan, a él y a otros, más para anunciar giras y conciertos, que para carátulas de CDs, mucho más pequeñas, y en las que la gente acostumbra hoy en día a fijarse menos que en las antiguas de vinilos-, o de cine alternativos, no se pueden admirar en museos, aunque sí resulta relativamente fácil conseguirlos, no sólo en tiendas, sino también vía internet.
Uno de los carteles de Mondo, basados en "El Señor de los Anillos".

Otro cartel de la trilogía de Tolkien: "La Compañía del Anillo" (2014).


"Capricorn Blues" (2015), su aportación a la exposición "Vitalidad e inspiración", en el Museo de Arte de Long Beach, en Nueva York.


"Canus Dirus", es un ejemplo de lo que llaman algunos críticos "gigantismo animal", donde se retrata al lobo como un animal de pesadilla, casi mitológico, de culto animista.


Un cartel para anunciar la gira por Japón en 2007 del grupo alternativo "Converse".


Una imagen del universo "Jurassic Park", que bien podría haber anunciado la película original de "King Kong", donde los dinosaurios también tienen su protagonismo.


El póster de "Drácula" de 2011, que le sirvió de presentación ante crítica y público.