jueves, 28 de noviembre de 2013

Una entrada -como novedad- sobre escultura: Jaume Plensa, el hombre que esculpe con letras y cifras.

El descubrimiento -a pesar de que en mi ciudad existe una obra suya- de un escultor de lo más original.

La escultura, como la pintura, no son lo que se dice mi fuerte, pero cuando tienes cierto interés por el arte y la cultura en general, acabas teniendo cierto conocimiento de autores, obras y estilos, y aunque mucho de todo ello te entre y te salga de la cabeza con la misma facilidad, y necesites "encontrarte con artes y artistas" en más de una ocasión, para que sus nombres y características te acaben quedando en la mente, en no pocas ocasiones, aún a riesgo de que también acabes en parte olvidándote, te llaman la atención ciertos personajes y obras suyas, y tienes la necesidad -o el deseo disfrazado de tal- de conservarlos en el recuerdo. Y si tenes la posibilidad de escribir sobre ellos, mejor. Para eso están, también los blogs. Son algo así como una enorme hoja en blanco donde puedes anotar, copiar, adherir fotos y dibujos, escribir opiniones, sobre cualquier cosa que, en determinado momento, te llama la atención, pero que crees que, antes o después, olvidarás, a no ser que tomes nota en algún sitio. Y eso es lo he hago en ocasiones como esta.

El autor y su curiosa, llamativa, intensa obra.

Jaume Plensa nació en 1955 en Barcelona, y estudió escultura en "La Llotja" -"La lonja", en castellano; que sería como un mercado a cubierto de tiempo atrás-, y en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi, aunque aprendió las técnicas de la escultura en un taller de reparaciones mecánicas -de ahí su interés de crear esculturas con "piezas metálicas", como si fuera un complejo mecanismo, a la vez que un puzzle-. 
En principio, su mayor interés vendría por el volumen y el espacio, por la visión en 3D de la escultura, pero a partir de principios de los 80 (1983-4, por lo visto), desarrolló una forma de moldear el hierro por medio de la técnica de la fundición, y se interesa por la figura humana, tanto en su forma de cabeza completa -no sólo de cara, que sería más 2D-, como cuerpos enteros. Principalmente, humanos.
Plensa tiene numerosos premios y reconocimientos, el último, el Velázquez de Artes Plásticas de este mismo año -una especie de Cervantes, pero en arte-; además de ser Doctor Honoris Causa de la School of the Art Institute de Chicago (2002) -donde hay expuestas de forma permanente varias de sus obras-, los Premios Nacionales de Artes Plásticas (2012) y Arte Gráfico (2013), o el de haber sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras  del Ministerio de Cultura francés en 1993.
Por cierto que, a pesar de ser escultor, y no dedicarse a la pintura o el diseño gráfico, fue el encargado de diseñar el cartel de las fiestas de la Mercè de Barcelona del 2012.

El cartel diseñado por Jaume Plensa para la Mercè 2012.
El cartel, basado en sus esculturas con letras y números.

Sería muy largo nombrar todas sus esculturas, o actuaciones en espacios públicos, pues esa es una de sus "especialidades"; digámoslo así: considerar dicho espacio como algo colectivo, donde la gente se sienta a gusto, y pueda moverse alrededor o debajo de esculturas, de obras, que signifiquen algo para ellos.
Dividiendo su obra por grupos o tipos, y dejando un tanto aparte el año en que fueron acabadas, o se comenzaron a exponer, se podría hablar de diversos estilos, como son:

-Las grandes cabezas, realizadas en hierro, mármol -y plomo y hierro- o en resina de poliéster, y realizadas, básicamente, para grandes espacios, como parques y jardines, o lugares de especial interés o atractivo paisajístico, o representativos de una ciudad o región, como parques de Londres, la playa de Botafogo en Río de Janeiro, o la parte exterior que rodea el Museo Albright-Knox de Buffalo, en EEUU. En ocasiones son huecas, pero con apariencia maciza -mármol, acero; éstas, realistas, pero más "aplanadas" que las de apariencia metálica-, otras, transparentes -resina-, pero también las hay creadas, como si fuera una fantasmal creación informática, con multitud de pequeños alambres metálicos, que se curvan hasta formar una cabeza tridimensional de gran realismo, a pesar de su fantástica naturaleza.

Una de las grandes cabezas creadas con multitud de alambres metálicos, que sabemos hueco y aparentemente endeble, pero con gran personalidad.

Una de las cabezas del autor, de 12 metros de altura, que estuvo 2 meses expuesta en la playa de Botafogo, en Río de Janeiro, donde era posible bañarse a su lado.

-Las figuras completas, antropomorfas -o sea, de seres humanos, pero no de caras o cabezas, sino de cuerpo entero-, realizadas muchas veces en resina traslúcida, en en ocasiones en metal. En ocasiones, se pueden ver una o varias de estas figuras subidas a grandes columnas con una base en su parte superior, como si fueran antiguos estilitas -antiguos cristianos que vivían así para alejarse lo máximo posible del mundo, del que querían olvidarse y acercarse, así, a Dios-. Lo más curioso y llamativo, es que muchas de esas luces son luminosas: cuando se hace de noche, cambian de color cada pocos segundos y de forma natural, nada abrupta, como el "bosque de columnas" de Gotemburgo, en Suecia, o la estatua que se encuentra a la entrada de la Biblioteca Municipal de mi ciudad, Reus, una de las más interesantes, y que, hasta hace nada, no conocía el nombre de su autor. En ocasiones, dichas esculturas tienen palabras, o más bien listados de letras, en otras, un aspecto más bien rugoso. Son, eso sí, de "una sola pieza", aunque en realidad puedan ser varias soldadas. Otra cosa, son sus esculturas de letras.

"Los tres estilitas", delante de un hotel de lujo de un millonario noruego, en Gotenburgo, Suecia. En cuanto oscurece el día -y en Escandinavia, durante casi todo el año, es bien pronto-, empiezan a brillar y cambiar de color.

Una escultura semejante delante del antiguo matadero y actual biblioteca de Reus -mi ciudad; ya sé que no es lo más espectacular del autor, pero me hacía como gracia sacarlo. En fin..., la tierra tira-.

Otro conjunto arquitectónico en Burdeos: hombre y naturaleza juntos; y alrededor de cada uno de ellos, letras: comunicación, lenguaje, cultura... todo en uno.

-Eso mismo, las esculturas con letras -en ocasiones, de alfabetos como el griego o el árabe- y números. También hay cabezas de gran tamaño con la misma técnica, así como esculturas de cuerpo entero, pero sin rostro. Son, muy probablemente, lo más llamativo de su obra, lo que lo hace un autor único. Hay que pensar el trabajo que representa -aún en el caso de que el no realizara pieza a pieza; esto no puedo asegurarlo, aunque es muy posible que tenga ayuda, debido a lo abundante de su obra, siendo él todavía joven- unir letra a letra, dándole, además, la curvatura necesaria para que, la unión de cientos o miles de ellas, den paso a una figura reconocible.

Un par de "figuras de letras" brillantes en una exposición en Burdeos. Hay esculturas que son fijas allá donde se exponen, y en otras ocasiones, están en museos, pero se exponen también al aire libre
.
También en Burdeos, al lado de la catedral. Aquí, en lugar de letras o números, son líneas de pentagrama y notas musicales, lo que forman al hombre, o más bien, a la humanidad de éste (Aquí, se agradecen el texto y las fotos del blog "Encuentros en el arte"; para quién quiera verlo en profundidad, dejo enlace).

-Hay más, sí: libros -de madera, con funda-sobrecubierta metálica, con tapa de metal y un reloj en medio..., aparte de los dedicados a él; pero hago referencia a los que son, en parte obra suya, pero en sentido físico, no literario-, dibujos y cuadros, arquitectura en jardinería, etc. Son consideradas partes menores de su obra, pero no dejan de ser, también, una forma diferente de conocer sus ideas, y la forma que tiene de plasmarlas, sin importar ni dónde, ni cómo.

Una de sus obras bibliófilas: un enorme libro dedicado a la pintura románica y gótica catalanas, "El libro de las maravillas" de Ramon Llull, donde la escultura de Plensa toma forma de estuche.

La plica de Plensa
Estatua en forma de cono invertido de acero y cristal de 10 metros de altura (2012) en la terraza del nuevo edificio de la BBC británica, en honor a los periodistas muertos en acto de servicio.

Jaume Plensa, frente a su escultura 'Lluvia silenciosa'. (EFE)
El autor -sin barba, pero es él- con su obra "Lluvia silenciosa", una escultura en forma de amplia cortina, que simboliza una lluvia de letras, y quizá también de sentimientos e información; en una exposición en Chicago.

Otra obra en Chicago -el Millenium Park-, mezcla de arquitectura y escultura: dos enormes torres -aquí sólo se ve una- donde se ven en sendas pantallas LED el rostro cambiante de multitud de personas anónimas. Desde su inauguración en 2004, es uno de los monumentos más visitados por turistas, pero también por residentes, de "La ciudad del viento" -como popularmente se le conoce-.

Y por último, un enlace de un documental de casi una hora sobre el autor, que no pude ver al completo, así que no me extrañaría que quién quiera verlo entero, descubra más de un error mío. En ese caso, una vez que me dé cuenta de ello, me encargaré de "expurgar" errores. Otra alternativa, es visitar, directamente, la web del autor, que está en inglés, pero que cualquier navegador traduce sin muchos problemas. Aparte, no hay demasiado texto, así que el idioma es lo de menos.

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