Los prerrafaelitas (XXXVI): La Hermandad en el cine y la televisión.
Aunque sólo sea como una visión superficial, cómo han sido retratados los miembros de la Hermandad en la gran, o la pequeña pantalla.
Ya llevo ni sé cuanto tiempo hablando del prerrafaelismo, y todo tipo de personas que de alguna forma estuvieron con este movimiento relacionados. así que en ocasiones resulta un poco difícil que más comentar. Sin embargo, como últimamente, ni tengo tiempo para el blog, ni tampoco estoy demasiado inspirado para nuevas ideas o temas, prefiero seguir con uno que cuando comencé, apenas conocía, pero en el que, con el paso de los meses, me he ido sumergiendo y conociendo cada vez más. Dentro de lo que cabe, se entiende.
Un sub-tema, digámoslo así, que todavía no había apenas tratado era el hablar de los prerrafaelitas, o al menos de los miembros principales de la Hermandad, y otros personajes con relación directa con ellos -familia, miembros posteriores, amantes, esposas, modelos, críticos...- en el cine y la televisión. Sin hacer una lista exhaustiva, porque tampoco resulta fácil cómo o dónde buscar, hay, al menos, tres casos en los que no es que exista algún tipo de influencia simplemente estética del prerrafaelismo, sino que son varios, o al menos uno, de sus fundadores -Rossetti, Hunt, Millais- los protagonistas. O al menos, personajes de cierta importancia.
Aquí, al menos cuatro casos en que el prerrafaelismo saltó al mundo audiovisual, con mayor o menor fortuna -eso, lo dejo al gusto de cada cual-. Como se puede ver -o leer-, menos en el primero, fueron producciones de la BBC, en el caso de "Effie Gray", también se trata de una película de producción británica pues la Hermandad, y el prerrafaelismo en general, a partir de principios del siglo XX, no sólo fueron olvidados, sino también arrinconados a la hora de hablar de la historia del arte europeo. De ahí, que sean considerados, dentro y fuera de Gran Bretaña, como una especie de "arte patrio", y las series o largometrajes que de ellos se realizaban iban dirigidos, básicamente, al público británico:
"Effie Gray" (2014): Un drama de época, donde la protagonista resulta ser un personaje secundario de la historia de la Hermandad.
Como dice el título, "Effie Gray" (1828-1897), con Dakota Fanning de protagonista -no me extenderé en el nombre de los actores, porque en el cartel aquí reproducido se pueden leer, y sería un poco pesado-, relata la historia de Euphemia Chalmers Gray -nombre de soltera-, conocida como Effie, primero apellidada Ruskin, después Millais. Fue la esposa del crítico John Ruskin, el descubridor y protector del movimiento prerrafaelita -al menos, en sus primeros tiempos, cuando eran unos completos desconocidos, con poco dinero y muchos planes a punto de irse al garete-, pero la verdad es que Ruskin podría ser uno de los mayores expertos en arte de Gran Bretaña, y quizá de Europa, pero aparte de ser mucho mayor en edad que Effie, también era bastante aburrido y, por lo que se contaba y se ha ido descubriendo -y en ocasiones, más o menos suponiendo-, un individuo asexuado, o con una sexualidad entre infantil e inmadura -de ahí, el posible amor que sentía por su "protegida" Rose La Touche, a quién comenzó a educar en su casa cuando era apenas una niña-, incapaz de mantener relación sexual alguna con su esposa, que acabó odiándolo, o al menos despreciándolo y cansándose de él. Y como Ruskin sentía, más o menos, lo mismo por su mujer, que prácticamente acabó siendo más una carga que otra cosa, decidió quitársela de encima conservando su buena imagen social, haciendo -más bien facilitando- que acabara teniendo algo más que una buena amistado con su protegido Millais, el miembro de la "santísima trinidad" prerrafaelita que más le interesaba -artísticamente hablando, se entiende-, y con el que parecía entenderse mejor -entre otras cosas, porque el carácter de Millais era más tranquilo y "civilizado" que el de sus compañeros-. Realmente, el cómo transcurrió todo, sigue siendo un hecho bastante oscuro, o al menos no del todo aclarado, en la vida tanto de Millais, como de los otros dos protagonistas de tan extraña historia.
Parece que Millais se enamoró de ella casi al instante, lo que, entre otras cosas, le hizo olvidar a Lizzie Siddal, que en ese momento había dejado de ser su modelo, y que era eso y más de Rossetti. Effie tampoco es que tuviera que pensárselo mucho, la verdad, y en poco tiempo, y por mucho que a la madre de Ruskin no le hiciera mucha gracia un divorcio de su hijo -el que dirán, y todo eso-, finalmente, Effie Ruskin acabó siendo Effie Millais, aunque para la historia, siempre sería Effie Gray.
Aunque no tanto como Siddal, Gray acabó siendo un personaje que parecía sacado de la novela romántica, y como tal, al menos en parte, se le ha acabado tratando y considerando. La época Victoriana ha sobrevivido hasta la actualidad como un tiempo quizá un tanto ultraconservador y cerrado a la diferencia o a la independencia femenina, pero también fascinante, y algo parecido a unos años en que existían unas costumbres, valores, progreso tecnológico continuo, y explosión cultural, que hoy en día nos parecen tan perdidas como atrayentes. Tal vez, esa época Victoriana, como la Belle Époque francesa, han acabado siendo para nosotros como una nueva Edad de Oro, tan perdida como idealizada -y por tanto, en parte, falsa-, parecida a lo que la Antigüedad greco-romana o la Edad Media debieron parecer a no pocos hombres y mujeres de esos mismos tiempos.
Un cartel de la película, con la protagonista, y tras ella, la Ofelia de Millais -haciendo referencia al cuadro más importante de dicho pintor, porque la modelo fue Siddal-.
Effie Gray, en un retrato de Millais.
Un par de imágenes de la película.
Respecto a la película en sí misma, y según alguna crítica que he leído, está muy bien ambientada, no resulta nada difícil sentirnos como si hubiéramos viajado a aquellos años del XIX. Sin embargo, no deja de ser una película muy británica, para bien o para mal, y puede parecernos algo lenta, con unos modales o un comportamiento por parte de los personajes que nos puede parecer anticuados, pero es que, precisamente, así es como debería ser: el comprender que si Effie, Ruskin o Millais se comportaban como se comportaban, era por ser hijos de su época. Algunos la consideran un "dramón de época" -lo de "época", expresión un tanto curiosa, más bien significa "siglo XIX"-, o una historia de amor, drama y sentimientos de los que van por dentro -normal; ¡son victorianos!-, pero si se tiene interés por la Inglaterra neocentista, y ver a un personaje del "mundo prerrafaelita" secundario, como Effie Gray, como protagonista, con Millais y Ruskin alrededor suyo, puede resultar atractiva.
"Dante's inferno" -El infierno de Dante- (1967): Un trabajo para la BBC, donde se visualiza, de forma realista y cruda, la relación entre Rossetti y Siddal.
Se trata de una película para televisión, en cierto modo un capítulo de una serie de documentales en forma de largometrajes sobre personajes históricos de toda índole, "Omnibus", que se irían realizando durante décadas. Obra del director Ken Russell, realizada en 1967 para la BBC, y subtitulada como "La vida privada de Dante Gabriel Rossetti, pintor y poeta". Russell ya realizó un documental sobre la hermandad, "Old Battersea House" (1961), sobre la mansión del mismo nombre, transformada en museo, donde se puede disfrutar de una variada colección de obras de dicho movimiento. Pero "Dante's inferno" no sería un documental en sí mismo, sino un largometraje para televisión, de hora y media, donde se contaría la vida personal de Rossetti, y su difícil relación con la enfermiza y delicada Lizzie Siddal, las relaciones sexuales que tendría el poeta y pintor con sus modelos, el sufrimiento y soledad de Siddal, tras una primera época en que recibió la influencia y disfrutó de las enseñanzas y la parte más positiva de Rossetti -que podía ser, ciertamente, un hombre encantador, con grandes dotes de persuasión, pero también celoso e insoportable-. En ella se pueden ver también a Hunt, Millais, Ruskin, Morris, Burne-Jones, las modelos Cornforth -amante de Rossetti, con la que se encontraba la noche en que se suicidó Siddal y Annie Miller, su hermana Christina, etc.
La película es en blanco y negro, y resulta evidente que la BBC de la época no podía contar con un gran presupuesto, pero resulta tan atractiva como, en ocasiones, un poco siniestra, aparte de que, al tener la grabación original casi cincuenta años, el sonido se ha resentido, igual que la calidad de la imagen. Precisamente, el hecho de retratar la vida de unos artistas que adoraban la luz y el color, sólo con una gran gama de grises, resulta un tanto desasosegante, ayudando a ponernos en el lugar tanto de Rossetti como de Siddal, a la hora de hacernos a la idea de su sufrimiento emocional, psicológico, en una vida que, como el largometraje, acabó perdiendo su color. Es una película un poco -o más que un poco- difícil de ver, pero para amantes del cine de autor, la pintura, y los interesados en los personajes, es una obra de culto. No hay más que ver las webs llenas de fotografías realizadas a partir del telefilm original.
Judith Paris -Lizzie Siddal-, y Oliver Reed -Dante G. Rossetti-, protagonistas de "Dante's inferno".
Siddal, como modelo y musa, personificación del espíritu medieval.
Rossetti enfrascado en su trabajo, la mejor forma de tener sus demonios más o menos controlados.
Desconozco si debió traducirse o subtitularse en español, pero estoy casi seguro de que no. Se puede encontrar completa, aunque dividida en dos partes, en youtube, con subtítulos, pero si no se sabe inglés, resulta un poco difícil de seguir. A no ser que se conozca la historia. Entonces, el comprender en su totalidad los diálogos, o al narrador de tan truculenta y sentimentalmente desaforada historia, por lo demás, muy victoriana, no se hace tan estrictamente necesario.
Un trailer -no oficial- con un montaje musical sobre la película.
"The love school" (1975): La primera serie sobre la Hermandad.
La BBC volvió a tratar el tema de la Hermandad años después. Pero no se trató de una película para televisión, sino de una serie de seis capítulos, de setenta y cinco minutos de duración cada uno -lo que es bastante para una serie, aunque en aquella época se realizaban "series de prestigio", de pocos episodios, pero gran presupuesto, y que eran más largos de lo normal-. La serie era en color, con inversión económica, y que no resultaba en parte documental, ni obra de autor. En este caso, además, Rossetti no se lleva casi todo el protagonismo, sino que también Millais sería personaje principal de un par de episodios. Otro personaje normalmente medio olvidado, y que aquí tendría su importancia, sería William Morris, que sin haber llegado a ser pintor de éxito, tuvo gran importancia a la hora de mantener unidos a los miembros originales de la Hermandad -él, junto a su amigo Burne-Jones, entraron más tarde-. además de ser defensor y ejemplo de lo que se llamaba "nueva artesanía", y uno de los primeros en intentar poner en práctica las ideas del socialismo primitivo de finales del XIX, donde ya se veía la división entre el "científico" o marxista, y el anarquista o libertario. Él parecía más cera del científico, pero en lugar de pensar en serio en cambios radicales de gobierno, prefería construirlo desde abajo, en su fábrica.
La serie también se emitió en Estados Unidos, con el título de "La Hermandad", pues debieron pensar que "La escuela del amor" no describía de forma demasiado fiel de qué iba la serie -de forma bastante acertada, por lo demás-.
Se puede comprobar, al comparar ambas series, pero también en la división en seis capítulos más largo de lo normal, y al centrarse en la vida sentimental de los miembros más que en su obra, que "The love school" influyó, y no poco, en "Desperate romantics", así como en el libro en que la última serie se basa, aunque cada una tiene personalidad propia, debido también, a las distintas épocas -más de treinta años, entre una y otra-, en que se emitieron. A destacar, el trabajo de un joven Ben Kingsley interpretando a Dante G. Rossetti.
La serie también se emitió en Estados Unidos, con el título de "La Hermandad", pues debieron pensar que "La escuela del amor" no describía de forma demasiado fiel de qué iba la serie -de forma bastante acertada, por lo demás-.
Se puede comprobar, al comparar ambas series, pero también en la división en seis capítulos más largo de lo normal, y al centrarse en la vida sentimental de los miembros más que en su obra, que "The love school" influyó, y no poco, en "Desperate romantics", así como en el libro en que la última serie se basa, aunque cada una tiene personalidad propia, debido también, a las distintas épocas -más de treinta años, entre una y otra-, en que se emitieron. A destacar, el trabajo de un joven Ben Kingsley interpretando a Dante G. Rossetti.
Holman Hunt y Annie Miller, haciendo que el pintor no esté mucho por seguir pintando "La luz del mundo", una de sus obras principales.
"Desperate romantics" (2009): Los prerrafaelitas recobran el color, para una nueva generación de televidentes.
En este tercer caso, ni se trata de un largometraje para la gran pantalla, ni una película-documental para televisión, sino una serie de seis capítulos, donde no hay un protagonista en particular, sino los tres miembros fundadores de la Hermandad, además de otros muchos personajes reales que giraron a su alrededor. También fue un trabajo para la BBC, y tuvo relativo -aunque descendente- éxito, al menos, en su país. En realidad, no está basada en un guión original, sino en el libro de Franny Moyle del mismo título, en español, "Románticos desesperados", que probablemente no sea el más idóneo. En este caso, he visto la serie completa, y si bien resulta atractiva -al menos, es en color, con música atractiva y buen sonido, unas, en general, también buenas interpretaciones-, hay algún que otro detalle que me chirría. En realidad, no son detalles, sino características importantes de la serie en sí.
Una de las cosas que no acabé de comprender fue el personaje de Fred Walters, porque no existió realmente. Walters existió en el libro original, donde la historia de los prerrafaelitas eran tratados como personajes de novela, y parece que su función es algo así como uno que sirve de unión de los demás, de explicación de por qué pasa tal o cual cosa -también realiza la función de narrador, que nos explica el por qué tal o cual personaje se comporta o hace esto o lo otro-. Creo que, quizá, Walters, por sí mismo, sustituye a otros personajes -personas reales, todos ellos-, que, en el caso de salir en la serie, podrían ser un tanto confusos, y prefirieron que finalmente hubiera menos protagonistas, y ocupara cada uno más tiempo, en lugar de que otros secundarios aparezcan y desaparezcan aquí y allá. Él es el que presenta Lizzie Siddal a los miembros de la Hermandad, lo que en la realidad hizo el pintor Walter Deverell, probablemente, el prerrafaelita menos conocido -murió joven, y sin dejar ninguna obra conocida-, y del que, por cierto, todavía no he hablado. También fue el que realiza el trabajo de cronista no oficial del movimiento, además de tontear con la poesía, que en realidad fue lo que hizo, más o menos, el hermano de Dante, William Michael, en la revista "The germ". Y respecto al que cenó con Rossetti y Siddal la noche en que ella se suicidó, fue Swinburne, el poeta, el que supo por boca de Rossetti que no iba a dar clases de pintura a una escuela de estudiantes adultos, sino a pasarla con su amante Cornforth. Pero imagino que, siendo ellos posibles personajes secundarios, resultaba mejor -o encontraron más conveniente, a mí, personalmente, me habría gustado más que se hablara de ellos- sustituirlos a todos por uno solo, que finalmente nos parecerá tan real como todos los demás.
Millais, Walters (su amigo imaginario), Rosssetti y Hunt, en "Desperate romantics".
Las tres parejas de la serie -y de la realidad-: Siddal con Rossetti; Millais con Gray; Holman Hunt y Miller.
Tampoco aparece Christina Rossetti, que fue más importante en la vida de su hermano de lo que podría pensarse, además de ser una más que apreciable poeta, y me llamó la atención que Dante Rossetti apareciera en la exhumación del cadáver de Siddal, para recuperar sus poemas -de ella, y no de él, como se afirma en la serie-. Aún así, y dejando aparte si se refleja mejor o peor sus vidas, o si se da más importancia a su vida sentimental que a sus cuadros o dibujos, o si una década o más parece reducida a dos o tres años en la serie, es una buena forma de ver, poder oír, moverse y comportarse como hombres y mujeres de carne y hueso, a los que, tras leer sobre ellos, y contemplar su obra, se nos aparecen un poco como sombras, o como personajes que queremos ver reales, pero que no acabamos de darles vida, más allá de sus retratos o autorretratos.
Eso sí, para los puristas, o los amantes del prerrafaelismo que conocen la vida de sus admirados miembros, o a los conocedores del Londres victoriano, tal vez tengan que hacer cierto esfuerzo a la hora de dar por buenas ciertas licencias -así pensaron los críticos, de televisión o no, al verla-, pero es mejor que nada. La Hermandad no es que se haya prodigado mucho ni en la gran ni en la pequeña pantalla, precisamente.
Una especie de anexo: ¿Influencia de la pintura prerrafaelita en el cine? Ofelia, en "Hamlet".
Aquí, como una especie de anexo o simple curiosidad, se puede ver a Jean Simmons, en el "Hamlet" de Laurence Olivier (1948). ¿El director, o el guionista, o el director de fotografía, o cualquier otro, se dejaron influir por la obra de Millais? No hay nada que de muestre ni eso, ni lo contrario, pero para cualquiera que haya visto la "Ofelia" del prerrafaelita, le viene a la mente a la pobre Siddal, flotando en el río, como una princesa desesperada, o en su caso personal, como una joven modelo vestida con un vestido viejo, en una bañera llena de agua fría.
Me gustó mucho la crítica y análisis.
ResponderEliminarSoy arquitecta y pinto y adoro la pintura de los prerrafaelistas.
Voy a crear mi blog, y te compartiré.
Te felicito Juan !!!
Estuve en el viejo Tate. Ay Dios cuando se podrá volver.
Ofelia tan impactante ! Tenía tanta importancia que suponía un cuadro enorme ( como era en mi imaginación la pintura ). Te mando un cariño. Silvia.