jueves, 4 de enero de 2018

Aubrey Beardsley: corta vida, dar mucho que hablar, y una obra que nos parece insuficiente.

Es habitual que, cuando alguien especial se marcha muy pronto, siempre se piense qué podría haber hecho de haber tenido una vida más larga.


Enfant terrible, niño prodigio, gran ilustrador de los últimos años de la Era Victoriana.


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Resultado de imagen de aubrey beardsleyCuando me dio por escribir, en mi escaso tiempo libre, una entrada para despedir el año, incluí una ilustración del británico Aubrey Beardsley. Lo conocía -o más bien, conocía su obra- porque había visto no pocas ilustraciones suyas en webs o páginas de facebook, pero, aunque pensé en indagar más sobre la vida y obra de aquel inglés para mí desconocido, y de apellido tan difícilmente pronunciable, nunca pasé de allí. Hasta que decidí, por fin, saber quién fue este hombre, que falleció tan joven, con tan sólo veinticinco años, cuando se había hecho ya un nombre como artista y polemista, con un número considerable de seguidores, pero también de acerbos críticos, que no lle perdonaban sus burlas y desprecios a la hipocresía y el conservadurismo de una época, la Victoriana, que ya estaba llegando a su fin -realmente, acabó sólo dos años después de la muerte de Beardsley-. Pero quizá, sería mejor comenzar por el principio, y hablar de forma un tanto más ordenada sobre este hombre, tan victoriano, quizá, precisamente, por la forma que tenía de reírse, de fastidiar, también de ganar la atención, de su época y sus contemporáneos.
Aubrey Vincent Bearsley nació en la ciudad de Brighton, en la costa y extremo sur de Inglaterra, en 1872, aunque se estableció en Londres, junto a su familia, en 1883. y un año después, ofreció, junto a su hermana Mabel, un año mayor que él, varios conciertos que hicieron que se le considerara "fenómeno musical infantil". Su familia podría considerarse de clase media, aunque con ciertas estrecheces, y si pudo estudiar arte, fue -como tantos otros en su época- gracias a la herencia de uno de sus abuelos. 
De todas formas, Beardsley, por consejo, o más bien deseo de sus padres, que nunca andaron sobrados de dinero, y tras estudiar en la grammar school -más o menos, unos estudios medios o bachillerato- se dedicó a buscar un trabajo administrativo, en el despacho de un abogado. Lo que se decía, "un empleo seguro y respetable", típico de la clase media -o media-baja- urbana de la época. Respecto a la falta de dinero, una de las razones fue que, por lo visto, su padre, Vincent, tuvo que vender algunas propiedades para pagar lo que llamaríamos una indemnización a una mujer que fue su prometida antes de conocer a su esposa, y a la que había prometido matrimonio. Por lo que se ve, los victorianos, por muco que escribieran y leyeran sobre amor, a la hora de la verdad, acababan en no pocas ocasiones poniendo el dinero y los contratos matrimoniales por encima de los amoríos. Tras sus trabajaos de papeleos con el arquitecto, "ascendería" laboralmente al pasar a trabajar a una compañía de seguros. Y aparentemente, allá podría haberse quedado indefinidamente. Por suerte, finalmente no fue así.

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"Cómo sir Tristan bebió el brebaje del amor", es una de las ilustraciones que realizó para "Le mort d'Arthur", de Thomas Malory, su primer trabajo de importancia.

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También en la obra de Malory, la particular visión que tenía del mago -o druida- Merlín.

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"Excalibur en el lago", con un marco de adornos florales a lo William Morris.

Beardsley comenzó muy joven su carrera -normal, teniendo en cuenta que murió también muy joven-. Aunque también fue pintor, es como ilustrador cómo ganó justa fama. En 1891, y por consejo de Edward Burne Jones, uno de los padres del prerrafaelismo -y del que recibió cierta influencia, por lo menos, en su obra más temprana- y del simbolista francés Pierre Puvis de Chavannes, decidió aparcar el trabajo administrativo por el arte, entrando en 1892 en la Escuela de Arte de Westminster, donde tuvo como maestro al artista realista Fred Brown.
Sin embargo, el grueso de su obra se alejó de un prerrafaelismo -y un realismo, un neoclasicismo- que ya no tenía mucho de revolucionario, y se había transformado en el arte pictórico británico por antonomasia. Él formó parte del movimiento simbolista -más pictórico que del ámbito de la ilustración, pero también influyó en esta-, y desde un punto de vista tanto artístico como intelectual o espiritual, del esteticismo, que era algo así como la versión británica del decadentismo, con todo lo de radical -para la época-, grotesco -según algunos de sus seguidores- y contestatario, pero también innovador y renovador, que arrastraba dicha corriente artística.

The Black Cat (c1894)
Una ilustración para el relato "El gato negro", de Edgar Allan Poe (1894)

Death of Pierrot - The Savoy (1896)
"La muerte de Pierrot", publicado en la revista " The Savoy", inspirado en la Ópera Bufa italiana, que en sus tiempos -las postrimerías del XIX- era casi arqueología teatro-musical -la última ópera bufa reconocible, "Don Pasquale", data de los años 40 del mismo siglo, y se escribió unas tres décadas después de su desaparición-.

Venus at her Toilette (1896)
"El baño de Venus" es una ilustración del relato erótico inacabado "Under the Hill" (1896), del propio Beardsley, que publicó -obra e ilustraciones- en "The Savoy".

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Una ilustración más dedicada a Venus, la Afrodita griega. Mitología y literatura, los temas preferidos de Beardsley.

Uno de sus primeros trabajos -entre los muchos que realizó, tanto para revistas, como para ilustrar libros- fue para una edición de lujo de la obra del legendario Thomas Malory -el "padre" del ciclo Artúrico ordenado y literario-, "Le Morte d'Arthur" (1893). Fue su primer encargo de importancia, el que le podía abrir -y le abrió- las puertas a una vida como artista, o en caso de no salir bien, hacerle pensar si no salía más a cuenta volver a los despachos. Aquí, se nota la influencia de Burne-Jones, que al igual que su maestro -mayor que él en edad, y que le influyó a su vez- Dante G. Rossetti, que fueron, muy probablemente, los prerrafaelitas con un estilo más particular, más rupturista y menos clásico.
Más tarde fue editor de revistas, como "The yellow book" ("El libro amarillo"), para la que produjo no pocas ilustraciones, o "The Savoy" -donde pudo publicar algunas poesías y relatos cortos, incluyendo, uno erótico, inacabado-. Al tiempo, conoció a una de las grandes figuras literarias, y sociales, de la época: Oscar Wilde, con el que trabó una profunda amistad. Por él, y para él -y para seguir ganándose la vida, evidentemente, aunque Beardsley nunca se obsesionó con el dinero- ilustró su "Salomé", obra de teatro de Wilde, escrita originalmente en francés en 1893 -aunque no se estreno en París hasta tres años después-, traducida al inglés al año siguiente para ser representada ante el público, pero también para ser publicada -todo lo de Wilde, en aquellos tiempos, se publicaba-. Sin duda, aquella Salomé, brutal, gótica -no en el sentido arquitectónico medieval, sino ateniéndose al movimiento o sub-cultura gótica actual-, sensual y terrible, fue alabada, pero sobretodo, criticada y despreciada en una sociedad tan pacata y puritana como la Victoriana -mucho más de lo que hoy en día mucha gente piensa-, donde el placer sexual estaba mal visto entre los hombres -excepto con prostitutas-, y aún más entre las mujeres -en su caso, siempre, siempre...-.Aubrey sin duda se debió dar cuenta de ello antes incluso que la obra de su amigo saliera publicada en Inglaterra -también se publicó en Francia, en su lengua original, pero allá el público parecía estar más preparado para aquella ruptura-. Luego vendría más.
Su "Isolda" aparece vestida como una dama del XVIII más que como una joven de una Edad Media imaginaria, su "Lisístrata" de Aristófanes es un ejemplo de lo que representaba en la ilustración el simbolismo decadentista, y lo que sería el modernismo más rupturista -el de la Escuela de Viena, posterior al franco-belga-, su obra "Un libro de cincuenta dibujos de Aubrey Beardsley" fue un recopilatorio de su arte, con aportaciones inéditas, y en sus últimas obras, se ven figuras más recargadas, más rococó. Pero, en líneas generales, se puede resumir en pocas palabras: casi todas sus ilustraciones, de figuras estilizadas, son realizadas con tinta negra, con grandes espacios, bien en negro, bien en blanco. La influencia de la ilustración japonesa es incuestionable, y no debería extrañar, pues poco antes, el arte del país asiático había llegado a Europa, sobretodo a Francia, donde se puso de moda -el llamado "japonismo", que no sólo fue coleccionismo o interés por Japón, sino influencia en pintores, ilustradores, escultores, y hasta en diseñadores de vestuario-. Sus escenas entremezclan lo tremebundo o brutal -decapitaciones, demonios- con sensualidad y erotismo, pero sin caer en la pornografía. En realidad, tras su muerte, o incluso antes de ello, ya circulaban supuestas obras suyas, con un erotismo más fuerte, casi pornográfico, que en realidad fueron falsificaciones, pero el nombre de Beardsley vendía mucho, y así lo entendieron otros. En Estados Unidos hubo un artista, entre admirador e imitador, que además se apellidaba igual que él -Will Beardsley-, y en ocasiones se llegaron a confundir obras de uno y otro.

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Su particular visión de "Isolda".

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Dos de las ilustraciones para la "Salomé" de su amigo Wilde.

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Y una tercera, de Salomé con Juan el Bautista.

Su vida cerca de Wilde lo hizo famoso, fue un personaje que llamaba la atención por su elegancia, pero también por el aspecto de "nuevo dandy", a lo Wilde, que lucía, con sus trajes, sombreros, corbatas, guantes amarillos, bastón, zapatos de charol... llamaba la atención, incluso a los que no conocían su obra -lo que no impedía que la criticaran, o la ensalzaran, según el momento-. Por lo demás, de su vida privada se sabe más bien poco, por no decir casi nada. Se supuso que era homosexual, o al menos abiertamente bisexual, como Wilde, e incluso se llegó a insinuar una relación amistosa con su hermana, que habría quedado embarazada de Aubrey, para más tarde tener un aborto espontaneo, pero conjeturas aparte, es probable que fuera una persona asexuada, que no sintiera un auténtico deseo sexual, carnal, por nadie. Aunque su obra pudiera hacer pensar todo lo contrario.
Estuvo activo hasta casi su muerte, en 1898. Enfermo de tuberculosis -una enfermedad tan habitual en aquellos tiempos, y que a tanta gente mató-, marchó al sur de Francia, instalándose en la población de Menton, donde fallecería poco tiempo después, tras haberse convertido al catolicismo, en 1897. Y allá sigue enterrado.
Beardsley podía resutar molesto, pero murió joven, así que la sociedad no pudo tomarla con él, castigarlo, por decirlo así, por su atrevimiento. Wilde no tuvo tanta suerte. Su amigo fue también autor de caricaturas políticas, se reía de lo que veía a su alrededor. Sin embargo, en sus últimos días debió sentir algún tipo de remordimiento, y poco antes de partir a Francia, suplicó a su editor, y a su amigo Herbert Charles Pollitt -mecenas de artistas- que destruyeran todas las copias de "Lisístrata" y de "los malos dibujos", los "dibujos sagrados obscenos". Pero no le hicieron caso, porque de ser así, no habrían llegado tantos de ellos hasta nuestros días.

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Un par de imágenes de su "Lisístrata" -la segunda, incompleta, pero no la he encontrado entera-, obra del ateniense Aristófanes, de cuyas ilustraciones renegó poco antes de morir, en Francia.

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Una curiosa obra de Bearsley: una tarjeta de Navidad -fue editada como tarjeta mucho después de su muerte, en 1927-.



2 comentarios:

  1. Gracias por esta entrada que me ha descubierto a este personaje, aunque echo de menos la bibliografía y la procedencia de las imágenes.

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  2. Respecto a la bibliografía, la verdad es que la información y las imágenes las conseguí en internet, pues fue ahí donde yo también descubrí al autor y su obra, aunque me gustaría tener un libro dedicado a él -que, imagino, no existe en español, aunque en Uk debe haber varios.
    Sobre la procedencia de las imágenes, la verdad es que tienes razón, y en muchos casos, no acostumbro a decir dónde las consigo, excepto si la mayoría son de una sola web o página de facebook -donde acostumbra a haber más información e imágenes, por lo que a veces pongo un enlace-. Quizá sea porque, al copiarlas desde un buscador, no veo, miro o distingo de donde son, pero sí intentaré en próximas ocasiones darle más importancia a la procedencia, sobretodo, de ciertas imágenes difíciles de encontrar.
    Y gracias por el comentario.

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