martes, 25 de junio de 2013

Un breve comentario sobre Nirvana. 

"Where did you sleep last night": la versión del grupo de Kobain sobre un clásico de la música tradicional americana de incierto origen.


Hacía ya mucho que no escribía en el blog, y mi falta de tiempo libre sigue siendo considerable, aunque ya no tanto. Así que decidí hacer una entrada corta, basada no en un grupo que escuché en mi adolescencia y primera juventud, y que sigo escuchando hoy en día, aunque ya no tanto como en aquella época, que me parece ya tan lejana -¡en fin..., mejor dejemos el tema de cómo pasan los años!-. Cuando a una persona le gusta especialmente un grupo, o un estilo de música, aún no sabiendo demasiado del tema, en el sentido de que no soy capaz ni de usar los términos técnicos, ni de analizar en profundidad letras, influencias, o pericia musical de cada uno de los instrumentistas, sí que es capaz de hablar -o, como en este caso, de escribir- largo y tendido sobre ese grupo o grupos, sin importarle demasiado en cometer tal o cual pequeño error -la cuestión, más bien sería, no tener una metedura de pata de las que hacen historia-. Al fin y al cabo, tampoco se trataría del artículo de un crítico experto, sino la impresión sincera de un seguidor que, pasados los años, es capaz, eso sí, de ver las cosas desde un punto de vista un tanto diferente, más serio, más crítico o, como mínimo, con cierto distanciamiento, aunque sin perder el deseo de volver a escuchar a los grupos que, en otro momento de su vida, cuando la música ocupaba un espacio bastante mayor en su mente, le hicieron pasar no pocos buenos momentos y, en no pocas ocasiones, olvidarse de un mundo que no parecía ni darse cuenta de su existencia.
Quizá, en estos momentos, a muchos nos pueda pasar algo parecido, pero, desgraciadamente, aunque la música, aparte de amansar a las fieras, hace pasar buenos momentos, ya no acostumbra a ser lo que popularmente se llama "la banda sonora de nuestras vidas". Querámoslo o no, aunque por un lado, nuestros conocimientos del mundo, las experiencias vividas, nos hacen tener una visión mucho más amplia de las cosas, otras, como la música, a base de parecernos algo más "terrenal", también acaban perdiendo parte de la energía, de la magia, que tanto bien nos hacía.

Un poco sobre la canción en cuestión.

¿Dije que esto iba a ser corto? Pues parece que me equivocaba. O no tanto, teniendo en cuenta la extensión de entradas más "serias". Bien, de Nirvana, y de Kurt Kobain, como de otros grupos de la época, como Pearl Jam o Soundgarden, podría escribirse mucho. Yo también, en mi modestia y falta de conocimientos sobre ellos, podría hacerlo. Así pues, en lugar de dedicarles, al menos por ahora, una entrada al grupo en cuestión, que tendría por fuerza que ser muy larga -o sea, que acabarían siendo, por lo menos, dos-, prefiero entrar en el tema comentando sobre una de sus canciones que, por alguna razón que no acabo de entender ni yo mismo, me llegaron muy adentro, y que sigue siendo de las que más escucho -y no hablo solamente de las canciones de Nirvana en cuestión, sino de música en general-. 
Decidí, por tanto, intentar saber algo más de ella, y más, teniendo en cuenta que no es un tema original suyo, sino una nueva versión -existen muchas, y en muchos estilos- de las que se han ido haciendo desde hace, al menos, unos ciento treinta o cuarenta años.
El tema lo tocó -imagino que no por primera vez, sino que debió hacerlo antes en uno o varios de sus conciertos-, de una forma, digamos, masiva -en el sentido de que no sólo lo podían escuchar unos cuantos miles de incondicionales en un concierto, sino muchísima más gente, en diversos formatos- en el concierto Unplugged -se podría traducir como "desenchufado", o sea, acústico, y que en los 90 fueron tan populares; pocos grupos norteamericanos, y de otros países, dejaron de hacer su unplugged particular, fuera en televisión o, directamente, para CD o DVD- de la MTV, en 1993 -¡hace veinte años ya!, quién lo diría...-, aunque no se publicaría en forma de CD hasta un año después.
Fue, junto a su también ya clásica versión de "The man who sold the world", original de David Bowie, una de las dos versiones que allá hizo, y con toda seguridad, muy pocos no norteamericanos -yo me incluyo- no supieron, en el momento de escucharla, que no era realmente suya.
El origen de la canción se pierde en el tiempo, y podría haberse compuesto, o improvisado más bien, en la década de 1870, en el sur de la cordillera de los Apalaches, que lo mismo podría ser el estado de Tennessee, uno de los más pobres, pero junto al vecino -y más septentrional-  Kentucky, también de los que conservan casi intacto el espíritu de la América más profunda, tradicional y primigenia -tanto para bien, como para mal-. Es muy probable que fuera creación de algún antiguo esclavo que, libre tras la terrorífica Guerra de Secesión, comprobó que la libertad, sin derechos ni oportunidades de progresar, se queda sólo en una bonita palabra.

El concierto de la MTV de Nirvana.

En un primer momento, la canción era muy corta, casi un estribillo, y consistía, básicamente, en las cuatro primeras líneas de la conocida por todos -más abajo, escribiré tanto el original en inglés, como una traducción, creo que buena, que encontré-, pero en lugar de "My girl", por "Black girl". De ahí, que, junto a "In the pines" -"En los pinos"- , y el título más largo y conocido, la canción, en principio, también fuera conocida como "Black girl". Pero, con el paso del tiempo, la letra se cambió, para hacerla más asimilable al público blanco, que en aquella época -y posterirmente, durante décadas-, no estaba muy dispuesto a escuchar, y menos todavía a cantar, sobre las desventuras de una joven de raza negra a la que un ¿desconocido?, ¿o tal vez alguien que la conociera de vista, y se preocupara por ella?, le preguntara, en resumidas cuentas, qué era de su vida, como se las apañaba para sobrevivir en un mundo donde, aparentemente, se hizo hasta una guerra de miles de muertos para liberarla, pero que, en la práctica, no parece querer darle un lugar en él.
Parece que un musicólogo -un historiador de la música popular, más bien; un antropólogo-, Cecil Sharp, decidió recorrer Estados Unidos en busca de temas populares, tanto de blancos como de negros, pero al no poder grabarlos -por falta de dinero o, simplemente, de tecnología, pues "Black girl" fue compilada nada menos que en 1917- se limitó a recogerlas por escrito, y publicarlas. Por lo visto, con bastante éxito.
Está claro que, si algún músico estaba interesado por pasar aquellas canciones impresas a versión sonora, o sea, a darles auténtica vida, y aunque pudera haber oído alguna versión cantada por aquí o por allá, tuvo que poner bastante de su imaginación para darles forma. Nueva forma. Uno de aquellos hombres, personaje que ahora sonaría casi a mito moderno como prohombre de la música afro-americana, Huddie William Ledbetter, conocido como Leadbelly, la aprendió tanto en esa versión escrita de 1917, como de una primitiva grabación en cilindro de gramófono -hoy en día, casi parecería prehistoria tecnológica- de 1925, obra de un coleccionista de folck. A partir de esa primera melodía, algunos grupos la tocaron, en una versión extendida y siempre cambiada -no tenía autor conocido, nadie podía reclamar respeto al original, porque no había quién pudiera, realmente, acertar a decir cómo era, ese original- por diversos grupos de la década de los 40 del siglo XX.
Leadbelly siempre fue un hombre, al tiempo, genial en el sentido artístico, pero desastroso en su vida personal. Cierto que su época -los últimos años del siglo XIX, y la primera mitad del XX-, en los Estados Unidos, no fue la mejor para alguien de su raza, pero también es verdad que, amoríos, problemas con la justicia, y hasta prisión por asesinato, y por el intento -presunto, poco claro- de otro, le hicieron pasar media vida en prisión. Allá, sería el musicólogo Alan Lomax quién lo descubriría, y conseguiría que grabara, en la cárcel y, más tarde, también fuera de ella, cerca de 200 canciones -o versiones de una misma canción-, entre ellas, "Black girl", o "Black gal", en dialecto afro-americano -ebony, se le llamó más adelante-. Su primera versión en directo fue en 1944, en Nueva York, y fue la más popular de las que hizo.


La canción en la versión de Nirvana, sin preámbulos, y con la letra en inglés -la considerada "definitiva" escrita de forma clara, sobre un fondo de Kobain a la guitarra.

El estilo de Lead belly seria, a grandes rasgos, blues con algo de folk blanco, con la habitual mezcla que se puede conseguir en una cárcel donde se ven obligados a convivir -o coexistir- gente bien diversa. Más adelante, habría versiones en bluegrass -música tradicional de la población blanca del sur-, como la del artista de este estilo Bill Monroe, que la popularizó en las décadas de los 40 y 50; y también en rythm & blues, el "hijo eléctrico" del blues, creado por los emigrantes negros del sur llegados a las grandes ciudades del norte, sobretodo Chicago.   
Otros grupos o artistas famosos que la versioneraron fueron Bob Dylan en 1961, y mucho más adelante, en 2001, en sendos conciertos en directo -en versión folk-rock-; o el grupo de rock Grateful Dead, aunque basándose en una versión distinta, "The longest train", donde se habla de un accidente ferroviario mortal, pues se inspiraron en la de Monroe, que pensó en que esa era la mejor forma de "matar" al marido de la protagonista de la canción. No sólo fue Norteamérica donde fue conocida, sino también en Gran Bretaña, donde un grupo de pop, The four pennies, consiguió en 1964, hacer de ella un pequeño éxito.
Finalmente, y para no irme más por las ramas, creo que mejor sería poder leer la letra de una canción donde, al menos yo, denoto el dolor interno de una persona que sabe que ha tenido mala suerte en la vida, que, con toda seguridad, no merece lo que le ha venido encima, pero que, finalmente, lo acepta con más mansedumbre que rabia, desinteresándose por el deseo de un semejante -no sabemos bien si conocido o no, o qué intenciones reales tiene hacia la joven protagonista- de querer, si no ayudarla, sí al menos, de interesarse por su suerte. "Esa suerte -diría ella- es la que me es esquiva, y lo sé. Al menos, no me hagáis perder el tiempo con vuestras buenas intenciones. Yo ya acepté mi infortunio; dejad que cargue con él tranquila y en soledad, sin que nadie se entrometa". Pues eso es lo que hay, o lo que yo veo.

Las versiones:

*La primera -según la Wikipedia-, recogida en 1917:

"Black girl, black girl, don't lie to me
Where did you stay last night?
I stayed in the pines, where the sun never shines,
and shivered when the cold wind blows."

*La de Leadbelly, en la que se basó Nirvana -está en el video, pero la pongo aquí para poder leerla con más facilidad-:

"My girl, my girl, don't lie to me.
Tell me, where did you sleep last night?
In the pines, in the pines, where the sun don't ever shine.
I would shiver the whole night through.

Her husband was a hard-working man.
Just about a mile from here
his head was found in the driver's wheel,
but his body never was found.

My girl, my girl, where will you go?
I'm going where the cold wind blows.
In the pines, in the pines, where the sun don't ever shine.
I would shiver the whole night through.

*Y una versión en español, que encontré en musica.com, donde se pueden leer traducciones de multitud de temas:

Mi chica, mi chica, no me engañes. 

Dime, ¿dónde dormiste anoche? 


Bajo los pinos, bajo los pinos, 
Donde el sol no brilla nunca. 
Temblaba de frío toda la noche. 

Mi chica, mi chica, ¿dónde irás? 
Voy donde sopla el viento frío. 
Mi marido era muy trabajador, 
Murió alrededor de una milla de aquí. 
Encontraron su cabeza en el volante del coche, 
Pero su cuerpo nunca fue encontrado. 

Mi chica, mi chica, donde irás? 
Voy donde sopla el viento frío.
Mi chica, mi chica, no me engañes. 
Dime, ¿dónde dormiste anoche?

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