miércoles, 2 de julio de 2014

La mujer de negro de las letras francesas (y III): Amélie Nothomb.

Tercera u última entrega -se supone- sobre la escritora belga, con, por fin, un par de vídeos.


Vídeos y cuentos.

En esta tercera parte, que en principio debería ser la última -también, en principio, la primera entrada tendría que haber sido la única, así que nunca se sabe-, se comentan las últimas obras no autobiográficas de Amélie, así como se hablará, aunque sea poco, sobre sus cuentos -que también los tiene-, y sobre la película que comenté en el primer capítulo, pero de la cual apenas había visto un par de minutos. Después de verla al completo, resulta más fácil hablar de ella.
Bueno, este primer vídeo es el que, en principio, se podía ver gracias a un enlace, pero como he podido copiarlo -se podrá imaginar que mis conocimientos informáticos son limitados, y sólo copio de youtube en páginas en blanco-, prefiero ponerlo aquí de forma directa. Es una de las pocas -si no la única- entrevista de Amélie para una televisión española -La 2-, en la que habla de su novela "Ni de Eva ni de Adán", o sea, que sin ser antiguo, tampoco es que sea especialmente reciente, pero se ve a la autora rodeada de atmósfera japonesa, su otra cultura, y lo bien que se desenvuelve en ella:


Y aquí, en un canal de internet -de youtube, al menos-, Canal-L, donde se le entrevista en público. La presentación está en catalán, aunque ella habla francés -también sabe, además de japonés, inglés, aunque de español, creo que no sabe ni pío-. De todas formas, hablen en uno u otro idioma, cuenta con subtítulos en español:



Otra cosa que se me podría pasar: Nothomb también ha escrito cuentos. De acuerdo que muchas de sus novelas son realmente cortas, pero me refiero a historias que rondan los treinta a cincuenta páginas, aunque algunas son muy cortas. Alguna, apenas llega al par de ellas, y han ido apareciendo en revistas literarias o culturales y, que yo sepa, nunca se han traducido al español. Teniendo en cuenta la cantidad de estos cuentos -no son uno o dos-, y de páginas que todos ellas constituirían -más de cien-, se podría, en un futuro, publicarlos en forma de libro recopilatorio. O no. Todo depende de que así lo quiera alguna editorial.
En España, eso sí, se publicó uno, parcial, de 1999 -aunque aquí salió al mercado diez años después- de cuatro cuentos, con el nombre colectivo de "Brillante como una cacerola": "Leyenda quizá un poco china" (de 1993, y una de las dos historias anteriores al libro recopilatorio); "El holandés ferroviario"; "De mejor calidad" -éste lo he leído, y trataba de un tipo que decide matar mujeres para, según él, hacer algo fuera de lo común-; y "La existencia de Dios" (1996). Es el único de sus libros, además, ilustrado, por Kikie Crèvecoeur. Respecto a la última historia, quizá sea la más curiosa, a pesar de sus pocas páginas: los distintos gobiernos europeos, en vista de que no son capaces de discernir sobre la existencia -o no- de Dios, deciden convocar en cada país un referéndum para que sus habitantes decidan si éste realmente existe. Parece una locura, pero al menos, es un ejemplo del "derecho a decidir", pero a lo grande. La historia empieza de esa forma: "Se hablaba de un referéndum para decidir democráticamente si Dios existía...".

Foto para una entrevista de un diario, nacional o extranjero -esta es de una para el español "El país"-, puede ser excusa para mostrar un nuevo modelo,o una nueva pose, un personaje creado para ese momento y no más, una nueva oportunidad para hacer gala de ironía y de humor, y demostrar que un autor no se reduce a su obra.

Aparte de los cuatro ya nombrados y que se pueden leer en castellano, también ha escrito otros de distinta extensión. Algunos, como "Aspirina" (2001), de sólo dos páginas, que empieza con otra vuelta a la infancia, recordando que su madre les prohibió a ella y a sus hermanos el tomarlas durante su infancia, a saber por qué. "La entrada de Cristo en Bruselas" (2004, y ya con 46 páginas), no tiene el contenido metafísico que haría imaginar ese título, sino que trata de la huida de un joven de París a Hong-kong, tras realizar un hecho, se dice, terrible, sobre su retorno a la ciudad de la luz, y el amor repentino que sentirá por la joven Zoe, y por su largo y sedoso pelo -cada persona se fija en lo que quiere, en el cuerpo, el carácter y los gustos de los demás; y sé de lo que hablo-. "Los champiñones de París", (2007), y del que no puedo hablar de lo que trata -y mira que he llegado a buscarlo en internet, pero no ha habido manera-, fue una colaboración de Amélie con el semanario satírico Charli Hebdo -algo parecido a El jueves en España-, publicando un capítulo distinto durante nueve números. Ya antes había publicado allá un artículo de fondo jurídico, "Habeas corpus" -sección "cultura"; donde lanza duras críticas sobre el uso de internet, y las críticas e insultos anónimos que se pueden recibir en este medio sin poder, realmente, defenderse o explicarse-, y, por lo que se puede ver, los escritores famosos no tienen ni miedo ni prejuicios para escribir en revistas de humor. Otro relato interesante, "Elektra" (1996; 14 paginitas en las que se cuenta mucho), donde una joven de dicho nombre -¡qué bien suenan, los nombres griegos; y que poco se utilizan o se ponen a los hijos!- queda, literalmente, electrizada por una diva del rock de la que se siente ¿enamorada? y a la que, finalmente, puede acercársele para regalarle un ramo de lirios blancos y poder conocerla en persona. Hay alguno más, como "Genealogía de un grande de España", que parece un prefacio de "Barba Azul", donde un noble, compatriota mío -catalán, para más inri, por mucho que pueda fastidiar a nacionalistas de uno y otro lado-, culto y refinado, será el que encarna a un marido que parece cansarse demasiado deprisa de sus esposas. Quizá, pronto, me anime a traducir alguno. Pero para eso, tendré que mejorar bastante mi francés, que no es poco decir.

Internet, auténtica "terra incognita" para la escritora, que reconoce "relación cero" con el medio. Su artículo en Charli Hebdo, "Habeas corpus", incide en este tema: el deseo -casi la necesidad- de tener vida pública y privada sin tener que mezclar, de forma directa y personal, ninguna de las dos con la red de redes. La autora no tiene -y que yo sepa, no ha tenido nunca- web propia.

Las obras de una autora reconocida y famosa, dentro y fuera de la francofonía.

Nos habíamos quedado en su colaboración con RoBERT, y la salida al mercado de "Diccionario de nombres propios" -los nombres, en la obra de Amélie, no son simplemente decorativos; en mayor o menor medida, todos tienen un sentido, aunque en ocasiones no seamos capaces de encontrárselo-.
Tras "Antichrista" (2003) y "Biografía del hambre" (2004), donde el relato autobiográfico está más o menos presente, llegaría "Ácido sulfúrico". Quién pensaba que Amélie Nothomb podía ser exagerada, ser bien capaz de golpearnos la cara con un relato fuerte, radical, tal vez poco creíble -y demostrar que eso tampoco le importa mucho, realmente-, podrá estar tranquilo, que esta novela le da la razón. Es, desde luego, una historia, como mínimo, muy ácida, y sulfurosa. ¿Qué es lo máximo en telebasura? ¿Y en degeneración moral e hipocresía en una sociedad que se considera liberal y democrática? Lo último en tele-realidad será la reconstrucción exacta de un campo de exterminio nazi, donde llegan desgraciados capturados al azar, de ambos sexos y todas las edades y orígenes sociales. Allá, sufrirán y morirán, pero una joven no está dispuesta a ser la carne de cañón de la "nueva televisión", y aunque sus intentos de rebelión y escape parezcan condenados al fracaso, finalmente, acabará recibiendo ayuda de quién menos se lo espera. No explico más, porque creo que vale la pena leerla. Supongo que habrá gente que pensará que es una barbaridad poco creíble, y será verdad, pero, realmente, ¿tiene mucha importancia, teniendo en cuenta lo que remueve en nuestro interior semejante relato de locura, muerte y resurección moral?

Amélie Nothomb, en una caricatura de la web chilena "El mercurio", donde comenta su animadversión por la tecnología. No sólo no se ve capaz de escribir con un ordenador, tampoco con máquina de escribir, sólo lo hace a mano. 

Tras este pelotazo, llegará otro quizá menor, menos extenso, pero que tiene como novedad contar con un personaje masculino: "Diario de golondrina" (2006). En este caso, un asesino a sueldo, que se toma muy en serio su trabajo porque, simplemente, aparte de los réditos económicos que le aporta, realmente le agrada. Hasta que un día, tiene como encargo matar a una joven, y si resulta necesario, a toda la familia de ésta. No sabe realmente ni quién es, ni el por qué alguien -por lo visto rico e importante- la quiere muerta, pero por alguna razón que no comprende, se queda con lo que parece un diario de la joven, lo lee a escondidas, y se obsesiona de tal forma que, finalmente, ha de reconocer que se ha enamorado de ella. Y ya se sabe, el amor y el trabajo, y más cuando consiste este último en matar gente, no casan bien.
Tras "Ni de Eva ni de Adán" (2007), llegará "Ordeno y mando" (2008) -genial la portada donde, evidentemente, sale ella, con una cara chorreante de rímel que da miedo verla-, donde se habla de la posibilidad de empezar una nueva vida, simplemente, haciéndote pasar por alguien que ha tenido la mala suerte -para él, no para el impostor- de morirse en tu propia casa. Sobretodo, teniendo en cuenta que el difunto, cuando no era tal, se daba la gran vida. Y tras ella, "El viaje de invierno" (2009), donde un pobre tipo tiene la peregrina idea de intentar suicidarse cometiendo un atentado terrorista calcado del de las Torres Gemelas, sólo que será la torre Eiffel la que sufrirá -junto a los pasajeros del avión, se entiende- el desastre provocado por, según el protagonista -un pobre tipo más bien tirando a simple- la mayor y más gloriosa de las religiones o ideologías: el amor -o, en su caso, el desamor más destructivo-.
Quizá esta sea una historia más floja, porque cuesta un poco más de lo normal meterte en ella -y en ocasiones resulta un poco difícil el conseguirlo, por mucha estima que le tengas a la señorita Nothomb, y sientas la química que tienes con sus relatos, algunos sencillamente delirantes-, pero en "Una forma de vida" (2010) logra crear una obra en gran parte epistolar -y en menor medida, de pensamientos íntimos y opiniones personales puestas ordenada y vivamente por escrito-, en que ella es uno de los personajes, que nos habla sobre lo placentero, pero también lo duro que puede ser, el recibir -y contestar, por muchas que sean- las cartas de sus numerosos lectores, no siempre de agradecimiento o admiración, precisamente. Y no es que sólo se limiten a criticarla, o incluso a insultarla, sino que le piden consejo para solucionar sus problemas personales o dudas existenciales, le reclaman explicaciones de no se sabe qué, o incluso le dicen que la han visto aquí o allá, en lugares o momentos que no recuerda -porque no estuvo allá y a esa hora, sencillamente-, y a ver cómo le contestas con educación que sí, que agradeces la misiva, pero a ver que demonios quieren que les cuentes. Pues en esas, que recibe una serie de cartas de un soldado norteamericano en Irak, que le pide consejo y, sobretodo, necesita que alguien le escuche, y ese "alguien" que ha elegido, es esa extraña escritora belga -¿belga, de Bélgica?; ¿dónde carajo está eso?; los norteamericanos no son expertos en geografía, precisamente- cuyas novelas compró un día tonto en que no tenía nada nuevo que leer. Qué parte es real, y que parte imaginada, no resulta muy fácil de discernir pero, realmente, ¿importa?

"Una forma de vida", ejemplo de obra que se basa, principalmente, en una relación epistolar entre autora y lectores. Amélie comentó en una entrevista que la primera carta que recibió de un lector, tras la publicación de su primera obra, fue un auténtico regalo, y que le contestó escribiéndole su teléfono y su dirección, y que desde aquella época, lleva escribiéndose con algunos de ellos desde hace veinte años. 

Tras ella, vendrá "Matar al padre" (2011), que se dice que es ligeramente autobiográfica, aunque, después de leerla -creo que he leído casi todo de ella, bien mirado-, no acabo de saber bien dónde estarán escondidas las vivencias de esta buena mujer. Aquí, tenemos un triángulo de amores, confianzas, traiciones, relaciones maestro-alumno, admiración, y no se cuántas cosas más, entre un joven que se marcha de su casa, harta de su idiotizada y egoista madre, un mago que podría haberse hecho rico pero que prefiere considerar su oficio como un arte por el arte, y la pareja de este último, que se dedica a la danza con fuego en espectáculos en medio del desierto norteamericano de esos que sólo son capaces de hacer... los norteamericanos. Parece que la magia es algo que interesa desde niña a Amélie, y aquí aprovecha para crear una historia alrededor de tan misterioso y fascinante arte -porque es un arte, el del engaño aceptado por el público que, realmente, desea que se le embauque, pero de la forma más extraordinaria y atractiva posible-, que, también en esta ocasión, empieza con ella misma, en forma de prólogo -no interviene en la historia en sí-, asistiendo a una reunión de magos donde a su primer interlocutor le llama la atención, antes que nada, su extraordinario sombrero -¿resulta esto algo extraño, tratándose de alguien cuyo trabajo, en parte, consiste en sacar lo más inverosímil de un sombrero sin fondo?-.
Y aquí llegamos al final, con "Barba Azul" (2012), donde el famoso asesino de mujeres, fascinante versión masculina de una mantis religiosa humana, se encontrará, por primera vez, con una joven que no sólo sabe con quién se la está jugando, sino que está dispuesta a vencerlo, si no con la razón, sí con la dialéctica.
Por último, "La nostalgia feliz" (2013), todavía no traducida al español -todo se andará, aunque desconozco cuál será el título final en mi lengua, porque estoy usando la versión española del original en francés-, donde Amélie Nothomb viaja de nuevo a Japón para encontrarse con su pasado, en esta ocasión, con cámaras de televisión de testigos, y de alguna forma, más que intentar convencernos de la veracidad de su otra vida japonesa, más bien desea estar segura, ella misma, de que lo escrito con anterioridad está basada en su propia biografía.

Hojas y más hojas escritas. La escritora parece tener cierta debilidad por el número cuatro: escribe cuatro obras al año, de las que finalmente decide publicar sólo una. Y cada día dedica también cuatro horas a escribir, a ser posible, siempre por la mañana.

Y bien mirado, si cada año saca una novela al mercado, ¿no es de esperar, que en este 2014 no publique alguna de nueva, aparte de algún cuento o colaboración en revistas como Elle -sí, el magazine femenino-, o en blogs literarios, o bien publicados -muchas veces en forma de e.books, que le van al pelo a los relatos cortos- en pareja o como libritos de los que se leen de una sentada. Pues nada, un poco de paciencia hasta que nos llegue su último "hijo", y mientras tanto, descubrir, o repasar, cualquiera de los anteriores, que son muchos y variados. O leer las críticas o entradas en blogs, en todos los idiomas, que su trabajo ha hecho escribir a tantos y tantos. Porque si ella ha escrito mucho, mucho más se ha escrito sobre ella. Por algo será.

Un anexo: En la anterior entrada, la segunda, hablé por encima sobre la película basada en la más popular de sus obras, "Estupor y temblores". Y si no lo hice en profundidad, es porque aunque había visto algunas fotos, y visto unos minutos de ella, no había podido verla al completo. Y como a veces resulta un poco difícil ver en la red películas o series francesas, busqué -a ver qué encontraba- en youtube, y allá se puede encontrar la película, en versión original bilingüe, francesa y japonesa -que es la mejor forma de verla y comprenderla-, sólo que hay que tener un poco de paciencia para verla al completo, pues está dividida, creo, en nueve partes, cada una de unos nueve minutos -menos una de cinco-, pero están todos, te salen ordenaditos cuando has visto el primero, y no hay problemas con los subtítulos en español. Y la actriz protagonista, aunque no se parezca físicamente a la autora -tal vez es eso lo que se buscaba, que no pareciera una película realmente biográfica, sino basada en una obra no se sabe bien si de ficción, real, o mezcla de ambas cosas-, está genial, con una cara de pavisosa, unos pelos rubios indomables -¿tenía la protagonista algo en contra de los peines?-, y una forma de hacer suyo el personaje, que hace que la novela, que no está de más haber leído antes- parece hacerse imágenes en cuanto la ves, aguantando jefes insoportables, y con un vestuario de universitaria mitad aventurera, mitad inocentona, que es de lo más fiel al original.
Algo más, para acabar. Una noticia de la que me enterado el mismo día que acababa este post: en breve, comenzará la adaptación al cine de otra obra de Amélie, "Barba Azul". El actor y director francés Daniel Auteuil no sólo la dirigirá, sino que se ha guardado para sí -¡tonto que es él- el papel de protagonista. Bueno, pues cuando haya novedades, más.

La protagonista, viéndoselas con su jefe. Aunque jefes así, no sólo te los encuentras en Japón.

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