domingo, 20 de julio de 2014

¿Estoy viendo robots salir de la tienda?

Robots Pitarque, o como se hacen reales los robots de los cómics.


Hace unos días estuve de visita en Andorra, por cuestiones de trabajo -o de búsqueda de él, más bien-, y me encontré delante de una tienda, ANDORobots, donde se vendían juguetes de todo tipo que tenían algo en común: eran robots, o, al menos, asemejaban serlo. En realidad, algunos eran auténticos robots, y aunque apenas tuve tiempo de mirar, no pude evitar "apuntarme" el nombre, por si tenía la posibilidad, en mejor momento, de visitarla a fondo. Entre todas aquellas pequeñas máquinas, como robots casi de tamaño natural, o en forma de obedientes y pequeños dinosaurios, pude ver unas reproducciones -o más bien invenciones- de robots de tamaño diverso, que respondían al nombre de "Robots Pitarque". Para quién tenga cierto interés en visitarla, pero antes quiera información, aquí un aquí.


¿Y en qué consiste esto? La verdad, nunca he anunciado ninguna tienda o negocio, ni me lo han ofrecido, ni yo tampoco pensé en ello, pero este caso es un poco distinto, porque más que un negocio en sí mismo, es una mezcla de afición, arte y experiencia de cultura popular lo que pude ver en el escaparate de dicho comercio. Se trataban de pequeños robots fabricados con todo tipo de piezas y elementos metálicos, además de plásticos, gomas, etc., y que lo mismo incluyen una bombilla -de las de antes, grandes, redondeadas, con su filamento y casquillo y todo lo demás, como latas de refresco. Y cada uno de ellos es tan único como original. Por lo que he podido leer, Javier  Pitarque es el  del creador de este creador de criaturas imaginarias hechas realidad, y tiene un taller donde se le puede visitar mientras las construye y, evidentemente, también se pueden comprar. Porque hacerlas será, imagino, divertido, pero también requiere tiempo y dinero, así que, si tu afición -o más bien pasión- te puede dar algún beneficio económico -y más, teniendo en cuenta las horas que te ocupa-, mejor que mejor. Se pueden comprar allá mismo, en la tienda andorrana que nombré al principio, e, imagino, en algunas más. Porque comercios de cosas curiosas, haberlos, los hay por toda la geografía española. La cuestión es encontrarlos. Por lo menos, tanto en Madrid como en Barcelona me he topado con más de uno, y quizá en un futuro les dedique un espacio.
Respecto a quién quiera visitar su web, puede apretar aquí.

                  
 Un anuncio publicitario, y una foto del autor con un robot "tamaño familiar".

Y aquí abajo, dejo unos cuantos de estos robots, que me recordaron -es casualidad, pero creo que parece hecho adrede- los que se pueden ver en más de una historia de Chaland, de quién hablé en la entrada anterior.

                                       
                                     

                                     

Bueno, pues la próxima vez, una entrada más larga, imagino.

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