jueves, 1 de octubre de 2015

Los prerrafaelitas (XXVI): Valentine Cameron Prinsep, uno de los menos conocidos de la corriente pictórica.

Ninguna de sus obras destacó en demasía, pero fue amplia y diversa.

Cameron Prinsep, el que muchas veces queda fuera de la lista de  favoritos.

Lo de "fuera de la lista", viene porque Cameron Prinsep, cuando se realiza un listado de los principales prerrafaelitas, o los favoritos por los expertos, o simplemente los amantes del arte en general, y del victoriano en particular, casi nunca es tenido en cuenta. Y, realmente, parte de razón hay en ello, pues no fue, desde luego, ni en su tiempo de los más famosos, ni consiguió nueva fama tras su muerte -aunque esta no pasó en absoluto inadvertida, porque tampoco se trataba de un artista casi desconocido, ni mucho menos-, ni cuenta con obras que sean representativas del prerrafaelismo, o del arte de su época en general. Aún así, ni era un pintor mediocre -aunque tampoco destacaba en ninguna temática en particular-, ni sus cuadros son escasos, o de temática repetitiva. Así que no está de más hacer un pequeño repaso sobre todo ello.

Una fotografía del artista en su estudio, rodeado de sus pinturas, por Frank Dudman, en 1883.


"En la puerta de oro" (1882), es uno de sus trabajos "clásicos" -o sea, sobre Grecia y Roma-, y muestra a una joven -no se sabe bien de qué civilización, pero antigua-, sobre una puerta de áureo metal, con un trabajo de relieve relevante. Sin embargo, no fue capaz de crear aquellos grandes cuadros de Alma-Tadema y otros, que retrataron de una forma tan extraordinaria a Grecia y a Roma, que años después, a la hora de realizar películas, series o ilustraciones, se acudió a él y a otros prerrafaelitas, como si, en lugar de artistas, hubieran sido poco menos que historiadores.

Valentine Cameron Prinsep podría destacar por varias cuestiones. Una, que nació en la India, en la ciudad de Calcuta, en 1838 (falleció en Londres, en 1904), pues su padre Henry Thoby Prinsep, era en ese momento miembro del Consejo de las Indias. Para entendernos, el gobierno y estructura administrativa de los británicos en el subcontinente indio de la época. Otra, sería que su apellido, compuesto -algo no tan raro, en aquella época, tanto en nobles, como en artistas o escritores, o en menor medida, en ciudadanos más anónimos-, la primera parte de él, Cameron, era el apellido de soltero de su madre, mientras que el del padre va al final. Algo poco común -aunque no extremadamente raro-, en un país donde las mujeres, al casarse, pierden su apellido familiar, por lo que resulta imposible que los hijos lo hereden -aparte de que entre los británicos, como en tantos otros países, sólo se usa un apellido: el paterno-.

"La vendedora de flores" -o "La florista"- es atribuida a Cameron Prinsep, pero parece que hay algunas dudas. Parece que estuvo a la venta hasta hace muy poco, y el no haber completa seguridad de su autor, hizo que su valor, aunque alto, no pudiera ser el de otros cuadros que se sabe con toda seguridad que sí pintó.

"À bientôt", donde retrata la decadente pero atractiva Francia anterior a la Revolución. Con toda seguridad, igual que la Época Victoriana resulta atractiva para los que vivimos en este siglo XXI, la Francia del XVIII pudo serlo para los que vivieron aquellos años.

"La chica de los gansos", o como se llamaba antes, una obra de ambiente pastoril.


"Cenicienta" (1899), es una obra de temática bastante habitual en el sigo XIX: una visión más o menos realista de un cuento popular.

En su familia, además, habría otros personajes famosos: una hermana de su madre, Julia M. Cameron, sería fotógrafa -cuando la fotografía estaba todavía casi en la infancia-, y otra de ellas sería la abuela de la escritora Virgina Woolf.
Cameron Prinsep fue amigo, como tantos otros, de Millais, y también de Burne-Jones. Con ellos viajó a Italia, que era visita casi obligada de cualquier artista británico que se preciara -o por lo menos, que pensara en serio en serlo-. También era, si no amigo, sí conocido de Rossetti, con el que, entre otros, colaboró en la decoración del hall de la Oxford Union, una asociación cultural de debate de la ciudad, formada en gran parte por profesores, ex-alumnos, y algún alumno brillante todavía en curso, de, como no, la conocida Universidad de Oxford. Además, dio clases de pintura -como otros amigos suyos de la misma corriente- en el Working Men's College, un centro de enseñanza privado de Londres para adultos -en su momento, sólo hombres, aunque es de imaginar que habrá cambiado con el tiempo-, creado en 1854, y que todavía existe.
Fue estudiante de, como no, la Royal Academy, donde hizo su primera exposición en 1862, que evidentemente no sería la última. También expondría en la Real Academia de Artistas (ARA) en 1879, y de nuevo en la Royal Academy en 1894.
Respecto a los temas que pintó, a la vista está que fueron muy variados, y lo mismo podía realizar una obra tan enorme como exótica en la India -como se verá más abajo-, como cuadros que recordaban la Revolución Francesa, que en aquella época ya parecía lejana -casi un siglo, desde 1879-, pasando por retratos "costumbristas" -niños, pastores...-, o por encargo -de miembros de familias más adineradas, que le pagaban por retratar al cabeza de familia, su esposa, uno de sus hijos...-, o fantasías de la Francia del Antiguo Régimen. Sin embargo, a la hora de realizar grandes obras que fueran, bien religiosas, bien de carácter mitológico -greco-latino-, y histórico -tanto de la Antigüedad, como del Medievo-, queda muy lejos de genios como Alma-Tadema, Leighton o Poynter. De ahí, que no haya podido resistir el paso del tiempo tan bien como ellos, si bien es cierto que los prerrafaelitas, en general, sólo han sido re-descubiertos en los últimos años.
Además, y como otros prerrafaelitas, no tuvo suficiente con la pintura, y se dedicó a la literatura. Escribió dos obras de teatro, "Primo Dick", y "Monsieur le Duc", y dos novelas. Además, en 1879 publicaría "India Imperial: diarios de un artista", con bocetos y comentarios de su experiencia artística y vital en la India.

File:La Revolution by Valentine Cameron Prinsep.jpg
"La Revolución" (1896), fue una de sus últimas obras. No se sabe mucho de sus razones para pintarlo, ni tampoco a quién representa realmente, aunque es de suponer que transcurre durante la Francia Revolucionaria.

"A Versalles; un incidente durante la Revolución Francesa". Claramente, forma un todo con la obra anterior. Aunque parezca un grabado, en realidad es un óleo sobre lienzo.

"La chica que sopla pompas de jabón". Por la ropa, también parece Francia o Italia. Y resulta comprensible el interés por la pintura, el paisaje, la historia o la gente, de ambos países. A Italia, viajó junto a Millais y Burne Jones. Francia la conocía porque estudió arte en el Atelier (Taller) Gleyre de París, una especie de complemento de la Escuela de Bellas Artes de la capital francesa.

El cuadro realizado para el Tribunal de Delhi -capital de la India Británica-, actualmente en el Palacio de Buckimgham. Cameron Prinsep fue, probablemente, el único prerrafaelita que pintó un cuadro de temática exótica no a partir de otras obras, libros o dibujos, o directamente a partir de su imaginación, sino viajando al país cuya cultura retrató.

En 1877 volvería a la India, donde pintó una enorme obra para el Tribunal de Delhi (o Delhi Durbar), para celebrar la coronación de la reina Victoria como emperatriz de la India, y exhibida en 1880, y conservada hoy en día en el Palacio de Buckingham.
Casado en 1884 con Florence Leyland, la hija de un importante marchante de arte y coleccionista privado, Frederick R. Leyland, su vida privada no parece que tuviera grandes sobresaltos, y murió en 1904, siendo enterrado en el Cementerio de Brompton, en Londres.


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