jueves, 9 de abril de 2015

Los prerrafaelitas (XV): Simeon Salomon, auge y caída de un artista.

Con una relación estrecha con los iniciadores de la Hermandad, de la que formó parte, aunque su obra no fuera tan extensa y conocida.


El miembro más famoso de una prominente familia judía de artistas.

Simeon Solomon nació en 1840 en Londres, y murió en 1905 en la misma ciudad, en un hospicio para mendigos y, en general, gente pobre y que no tenía familia o amigos que se hicieran cargo de ello. Eso da una idea de cómo acabó un artista que no sólo llegó a conseguir fama y dinero con su trabajo, sino que, además, era miembro de una familia que, sin ser rica, no era en absoluto pobre o de clase modesta.

Archivo: Un SolomonFirst Class- La Reunión, y en la primera reunión amó. Abraham Solomon.jpg

Archivo: AbrahamSolomon-FirstClass-REUNION-RevisedVersion.jpg
"Viaje en primera clase", en su versión original, y en su segunda -y definitiva-, pues la primera fue considerada, en aquellos tiempos tan malpensados, como fácilmente tergiversable, o dicho con otras palabras: que daba que pensar. Fue pintada por Abraham Salomon, que también estudió en la Royal Academy, y que nunca alcanzó la fama de su hermano menor, aunque también consiguió hacerse un nombre.

Archivo: TheGovernessRebeccaSolomon.jpg
"La institutriz", una obra de Rebecca Salomon, la hermana, también artista, de Salomon. Se dedicó a pintar lo que se llamaba "pintura de género", donde reproducía, y en cierto modo criticaba, la discriminación social y étnica -sobretodo de los judíos, como ella y su familia- en la sociedad británica de la época. No sería, quizá, una pintora tan brillante como otros contemporáneos suyos, pero sí tenía facilidad para retratar la sociedad que le tocó vivir, y su obra ayuda a comprenderla a los que la vemos como algo lejano y no bien conocido.

Salomon (a la derecha, una foto suya vestido a "la oriental", como era moda en la época) fue el octavo y último hijo de una familia donde le padre, Michael (Meyer) Salomon, era comerciante de sombreros, y su madre Catherine (Kate) Levy, artista -se supone que actriz-. Tuvo la suerte de contar en su propia casa con otros dos hermanos pintores, su hermano Abraham (1824-1862), y su hermana Rebecca (1832-1886). Quizá el mejor fuera Salomon, pero sus hermanos también fueron pintores reputados, que tuvieron encargos, exposiciones y buenas -y no tan buenas- críticas. En el caso de Abraham, fue artista bien considerado, y si no hubiera sido por su temprana muerte -con menos de cuarenta años- es probable que hoy en día fuera más conocido. Respecto a su hermana, no tuvo tan buena crítica, en parte, las cosas como son, por su condición de mujer, de judía, pero también por no tener problema en describir las costumbres y peculiaridades de la sociedad de su época, sin ahorrar cierta crítica y acritud.
'Simeon Solomon' by David Wilkie Wynfield
Él también estuvo en la escuela de la Royal Academy -la Academia era una especie de "colegio profesional" de artistas, pero también ejercía como escuela y promotora de exposiciones, entre otras cosas- le dio la posibilidad de conocer a los futuros fundadores de la Hermandad, siendo amigo, sobretodo, de Dante Gabriel Rossetti, que por lo visto, era el más extrovertido de ellos, y el que, de alguna forma, buscaba nuevos futuros miembros del grupo artístico que se estaba creando dentro de la Academia -aunque rompiendo con los principios de ésta-. Ya se vio, sin embargo, que también era el más posesivo y celoso con su pareja, acabando en el suicidio de ella. También conoció, más adelante, al pntor Edward Burne-Jones (1857), y al poeta Algernon Charles Swinburne. Todo ello hizo que su arte se desarrollara y diera a conocer siendo muy joven, y ocupara un lugar, si no prominente, sí al menos, importante entre los pintores de su tiempo (en lo que sería, quizá, el tercer cuarto del siglo XIX).
Su primera exposición fue, sin embargo, en la misma Royal Academy, contra la cual no llegó a enfrentarse, ni a romper con ella, como sí hicieron otros prerrafaelitas. Eso no impidió que, al contrario que pintores como Leighton o Alma-Tadema, el sí formara parte de la Hermandad, que fue más pequeña de lo que, en principio, se podría creer. Desde esta exposición, en 1858, seguiría teniendo espacio en tan ilustre asociación hasta 1872. 
Respecto a la temática de sus cuadros, aparte de temas literarios o "naturalistas", tan habituales entre sus correligionarios, también se interesó por el Viejo Testamento -o sea, la parte de la Biblia común a cristianos y judios- y, en general, con temáticas históricas, sociales o religiosas que tuvieran relación con su pueblo, pues si bien el no era precisamente religioso, sí que, desde un punto más culturas que étnico -aunque quizá, también- se consideraba como parte del pueblo judío, y siempre estuvo, si no exactamente orgulloso, sí que tuvo presente sus orígenes y acerbo cultural. Su amistad con Swinburne le llevo a ilustrar -no fue el único, que de la pintura pasó a la ilustración, al dibujo profesional-  de su obra "Lesbia Brandon" en 1865, aunque no pudo publicarse hasta la muerte del poeta. La obra fue, en su momento, muy polémica, y eso que era una novela inconclusa, que parece ser una colección de retazos, de obra no completada, donde el protagonista parece conquistado, y conducido a una mezcla de castidad y erotismo -presente en toda la historia, aunque de una forma más limitada de lo que podría imaginar; estamos hablando de literatura británica, victoriana, del siglo XIX; el término "erotismo" sería de un nivel menor que, por ejemplo, un equivalente suyo francés- por la joven poeta, liberal y neo-pagana que da nombre a la obra: Lesbia Brandon -que no es lesbiana, sino que debe su nombre a la isla donde nació la legendaria Safo, Lesbos-.

"El rey Salomón" (1854), en los mejores tiempos del pintor

Shadrach, Meshach and Abednego in the Fiery Furnace, 1863 Wall Art & Canvas Prints by Simeon Solomon
Hananías, Azarías y Misael, los tres jóvenes del libro de Daniel (1863). Una de sus obras más conocidas, y basada, esta también, en el Antiguo Testamento.

En 1873, sin embargo, su carrera fue repentinamente del éxito al casi olvido, cuando fue arrestado en un urinario público en Stratford Place Mews, en Londres, acusado de intentar cometer sodomía con un hombre maduro de sesenta años. O dicho con palabras actuales, por querer mantener una relación homosexual. El hecho de haber aceptado ilustrar la historia de Swinburne, que fue un escándalo -el poeta no consiguió que se la publicaran en vida, y el hacerlo cuando él falleció, fue más por morbo del público que por otra cosa- demostraba que Salomon estaba un tanto cansado y agobiado por la puritana sociedad victoriana. Si ésta encontraba tan escandalosa una novela que sólo tenía una carga erótico-sexual limitada -la supuesta atracción entre el protagonista y su hermana era más imaginada por según que lectores que real-, no hacía falta imaginar lo que significaba que se descubriera que un pintor conocido fuera, si no homosexual, sí interesado en mantener una relación sexual en un lugar público con otro hombre. Homosexuales había, como los ha habido en todo momento y en todo lugar de la historia, pero aunque tuvieran asociaciones, clubs privados, o grupos de conocidos realizaran todo tipo de actividades -desde las más inocentes, hasta orgías de las que daban que hablar durante meses-, todo se mantenía convenientemente tapado. La sociedad victoriana era dura, puritana y muy religiosa, pero también había -siempre hay, en sociedades de este tipo- mucha hipocresía. El problema de Salomon fue que, sencillamente, le pillaron in fraganti, y él iba por libre.

"Un rabino sosteniendo la Torá"; un ejemplo de "pintura hebrea", que si bien no estaba destinada únicamente a la comunidad judía, demostraba que Salomon, aunque laico, nunca dejó de considerarse judío. El reconoció influencias culturales de todo tipo, desde la Biblia, hasta Shakespeare.

Simeon Solomon - Love in Autumn - 1866
"Amor en Otoño"; una visión un tanto distinta de un ángel -que aquí, tiene sexo y capacidad de enamorarse-.

Aquello le representó una multa y año y medio de cárcel, que acabó por una temporada de libertad vigilada por la policía, pero al año siguiente, sería de nuevo detenido, y condenado, esta vez sí, a tres meses de prisión. Una persona anónima podría haberse recuperado, aunque fuera marchándose a otra población a empezar de nuevo. Pero cuando se trataba de alguien famoso, y que, además, ni tenía demasiado dinero, ni nadie poderoso que le protegiera, la cosa cambiaba. Y a peor. Marchó a vivir a Francia, pero su fama le precedía, así que el exilio auto-impuesto no le sirvió de mucho.
Aparte de que sus encargos disminuyeron, acabó cayendo en el alcohol. Esto destruyó poco a poco su salud física y mental, lo fue distanciando de su familia -que, sin embargo, nunca rompió con él, ni desearon nunca dejarlo en la estacada; muy probablemente, Simeon tampoco puso mucho de su parte para reconstruir puentes-,  y acabó con su carrera. Fue a parar a lo que en aquel tiempo llamaban una workhouse, o casa de trabajo, donde los pobres sin recursos podían malvivir si a cambio trabajaban de forma obligatoria, pero no le ayudó a salir del pozo en el que había caído. En 1905 acabaría muriendo, precisamente, por el alcoholismo y una bronquitis, y fue enterrado en el cementerio judío de Willesden. Se podría decir, en resumidas cuentas, que su pecado -que no era tal, pero hay que tener en cuenta de qué época estamos hablando- mas que ser homosexual, fue el no ocultarlo, el vivir su sexualidad sin miedo, sin dejarse dominar o influir por la hipocresía de su época. Y eso no se le perdonó nunca.

Una foto de Simeon Salomon en 1896, cuando ya no fue capaz de salir del agujero del alcoholismo, la pobreza y el olvido.


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