viernes, 18 de diciembre de 2015

La estrella de Cervantes: todo un sistema planetario alrededor del creador del Quijote.

Cada vez más estrellas y mundos descubiertos. Y muchos reclaman su propio nombre.


Poniendo nombres a nuevos mundos y estrellas, como antes a islas y montañas.

La Unión Astronómica Internacional, o IAU -en sus siglas en inglés-, ha llevado a cabo un concurso, con el nombre de NameExoWorlds -algo así como "Pon un nombre a los exoplanetas", que es como se conocen a los mundos que se encuentran más allá del Sistema Solar-, y que también incluía, además de planetas, a estrellas -llamarlas "soles", en minúscula, quizá pueda ser correcto, pero también podría llevar a conclusión-. En total, veinte sistemas planetarios, algunos estrellas solitarias, pero la mayoría con uno o más mundos orbitando a su alrededor. Así, todo tipo de asociaciones astronómicas, desde algunas de gran importancia e influencia, como otras pequeñas de simples aficionados, así como universidades, medios de comunicación, y todo tipo de voluntarios a colocar nombres a los nuevos astros, enviaron sus ideas y propuestas, aunque finalmente, eran los planetarios, las asociaciones astronómicas reconocidas, y los clubs de astronomía de todo tipo, los que, en su conjunto, decidieron qué votar y qué no. En general, en cada país se intentaban poner de acuerdo el mayor número de personas para defender un mismo nombre, o grupo de nombres, porque no sólo se trataba de algo que podría resultar, ciertamente, entre fascinante y divertido, sino también conseguir que la cultura, lengua o historia de cada país estuviera presente allá en los cielos.

Un dibujo alegórico, donde El Quijote pasa de las páginas de los libros, a los cielos estrellados.

En el caso español, fue el Planetario de Pamplona, el que decidió promover el nombre de Cervantes, el escritor español más importante y conocido de todos, como una buena alternativa, Además, como se trataba de bautizar una estrella, la mu Arae, que contaba con todo un sistema planetario de cuatro mundos a su alrededor, existía la posibilidad de que el escritor de Alcalá de Henares contara con la compañía, nada menos, de don Quijote -o Quijote, a secas-, Rocinante, Sancho y Dulcinea, y así dejar de llamarse, simplemente, mu Arae b, c, d y e, que es como se llaman los exoplanetas: el nombre de su estrella, y una letra del abecedario latino -en versión inglesa, sin la ñ o la ç-, excepto la A, que correspondería a la estrella en sí misma, aunque no la lleve en el nombre.
La votación tu de plazo entre el 12 de agosto y el 31 de octubre de este 2015 que ya acaba, y se proponía que cada estrella o planeta tuviera dos nombres: el de su nomenclatura científica -como el de mu Arae, por ejemplo-, y el "popular", que con toda seguridad, en un futuro lejano, cuando se puedan visitar, aunque fuera de lejos, algunos de estos astros -no ya con astronautas, ni tan siquiera con robots, pero sí con naves no tripuladas-, serán los más utilizados tanto por los medios de comunicación, como por la población en general. La rebautizada "Estrella Cervantes" está, nada menos, que a 49,8 años luz de nosotros -no está claro si de la Tierra, o del Sol, pero la diferencia, realmente, sería mínima, teniendo en cuenta la distancia de la que se hablaría-, y se encuentra en la constelación -grupo de estrellas cercanas entre sí, como la famosa Cabellera de Berenice, de la que hablé hace un par de entradas- de Ara -el altar-, lo que me hace pensar que Arae no es más que la quinta estrella -según desde donde se cuente- cuando la primera sería Araa.

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La Estrella Cervantes, y su sistema planetario, que recuerdan los personajes principales de la obra principal del genio manchego.

Cervantes, además, ha tenido mucho éxito: el 69% de todos los registrados para este sistema planetario -más de 38.500 votos-, y además, fue la propuesta con más votos válidos del total de 200 que se han recibido durante el concurso, no para este, sino para todos los sistemas planetarios en su conjunto.
El Planetario de Pamplona, que se diría que ha sido el catalizador de todas las ideas de profesionales y aficionados a la astronomía, ha aprovechado bien este suceso para dar a conocer su trabajo, y la ciencia astronómica en particular. Además, ha aprovechado que 2015 era el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de "El Quijote", y que 2016 será otro tanto del fallecimiento de Cervantes.


¿Y el resto de sistemas planetarios?

Ha habido realmente de todo, y hay otro caso en que un exoplaneta, Edasich B, ha recibido un nuevo y más atractivo nombre gracias a españoles, para ser más exacto, a la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Física de Madrid: Hipatía -Hypatia, en grafía inglesa, que sería, en principio, la internacional, aunque cada país, libremente, puede volver a su grafía propia de su lengua o lenguas-, la legendaria filósofa griega alejandrina, muerta por culpa del fanatismo religioso, única mujer que ha pasado a la historia de la filosofía antigua como algo más que una simple nota a pie de página -pero no fue la única mujer de aquellos tiempos, que se atrevió no sólo a pensar, sino también a decir lo que pensaba; el tiempo, creación masculina por lo visto, se ha encargado de sepultarlas; al menos, hasta ahora-. Teniendo en cuenta que, hasta hace muy poco, de Hipatía no se sabía apenas nada -más allá de un breve comentario en un capítulo de la serie documental "Cosmos", de Carl Sagan, poco más-, y que ha sido un español, Alejandro Amenábar, quien la sacó de la oscuridad del olvido, no está de más que compatriotas de este último la hayan, literalmente, elevado hasta los cielos. Los mismos cielos estrellados que ella admiraría y estudiaría cuando estaba viva.

Hipatía de Alejandría. Astrónoma, matemática, y filósofa platónica. No se sabe con exactitud si llegó a dirigir la legendaria biblioteca de dicha ciudad, pero sí enseñó y trabajó en ella.

También los astrónomos más modernos y conocidos -Hipatía puede ser considerada, también, como astrónoma- han tenido, con toda justicia, su propio mundo o estrella, como Copérnico -la Estrella 55 Cancri-, Galileo -planeta 55 Cancri B- o Brahe -planeta 55 Cancri C-. Incluso, una estrella, la Estrella 42 Draconis, lleva el nombre de Fafnir -o Fafner-, un dragón de la mitología nórdica.
Hay más, y si me resulta posible, intentaré conseguir la lista completa -total, "sólo" son veinte sistemas planetarios. Estos son sólo algunos.


Respecto a la información, básicamente, la he conseguido en un artículo de "La Vanguardia" de Barcelona, creo que del 18 de diciembre de este año. Pero como entro y salgo de tantos sitios, no estoy seguro de la fecha, aunque sí del medio.

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