lunes, 1 de agosto de 2016

Los prerrafaelitas  (XLIV): Las modelos de la Hermandad -musas, amantes, esposas... y artistas-. (2.-).

En esta segunda parte, las modelos que no llegaron a casarse con ningún miembro de la Hermandad, ni a tener su propia carrera artística.


Hace poco realicé una entrada donde recordaba, de nuevo, a personajes importantes en el movimiento prerrafaelita, como fueron Elizabeth Siddal, o Marie Spartali, o en menor medida, Effie Gray -si bien ella no fue artista, sino más bien uno de los vértices de los triángulos amorosos que más dio que hablar, una vez conocido, en la Inglaterra victoriana-. Ahora, quizá convendría hablar de otras mujeres, de origen social en ocasiones muy modesto, bajo, y en otros elevados, que no tuvieron posibilidad, o capacidad para ser artistas, ni tampoco tuvieron interés, u oportunidad -todo es relativo- para ser las esposas de tal o cual miembro de la Hermandad. De varias se ha hablado un poco ya, pero debido a que comencé a escribir sobre los prerrafaelitas cuando todavía los conocía muy poco, ciertos temas, como su vida sentimental o sexual, quedaron bastante sin tratar, y sólo en entradas posteriores se fue contando algo.
Así, pues, empecemos, y basta ya de prólogo.


Las mujeres de Dante Gabriel Rossetti: Fanny Cornforth y Alexa Wilding.

De sobra sabido es ya que Rossetti era un hombre excesivo en todo, y también en cuestiones tanto sentimentales como sexuales. Nunca tenia suficiente, podía ser encantador, pero también posesivo, egoísta y falso: exigía a su esposa Elizabeth que no posara para otros pintores, temía que se fuera con algún amigo -o peor, enemigo-, pero él no tenía empacho en irse a la cama con cualquiera de sus modelos, o con alguna mujer que ni lo fuera, ni tuviera interés en ello.
También se sabe que estaba obsesionado con Jane Morris, que en principio fue mutua, pero que, una vez que la joven maduró y se dio cuenta de qué tipo de persona era Rossetti, prefirió casarse con William Morris, aunque acabó reconociendo que no lo quería, o al menos, que nunca estuvo enamorado de él. Aún así, la vida común de los Morris fue bastante amistosa hasta que cada uno buscó su camino. Eso sí, sin romper el matrimonio, algo realmente mal visto en la Época Victoriana, a pesar de que tanto William como Jane Morris eran, para su época, personas de mente abierta.
Hubo, aparte de Siddal y Morris, otras mujeres en la vida de Rossetti. Algunas fueron prostitutas, otras, conquistas rápidamente olvidadas, y también alguna modelo que poco trabajó para él. Pero al menos hubo dos que sí tuvieron un espacio importante en su vida, y más, una vez que enviudó: Fanny Cornforth y Alexa Wilding.
Fanny Cornforth (1835-1909) tenía un origen mucho más modesto que Siddal. Por saberse, nii tan siquiera se sabe por qué se hacía llamar así, pues Cornforth era el apellido del padre, o padrastro, de su primer marido. Parece que su auténtico nombre fue Fanny Cox. Muy probablemente, Rossetti la conoció ejerciendo la prostitución, pues Fanny era una mujer urbana de clase baja, analfabeta y sin experiencia laboral reseñable, cor orígenes rurales -probablemente, sus padres marcharon a Londres poco antes de que ella naciera, pero todo son conjeturas-, y que no tardó en ejercer primero de modelo, y tras la muerte de Siddal, de ama de llaves, en la casa de Rossetti. Parece que Siddal no llegó ni a saber de la existencia de Cornforth. En sus últimos años, realmente, la pobre Lizzy apenas sabía qué pasaba a su alrededor. Lo que sí se sabe, es que la noche en que Siddal se suicidó, ingiriendo una sobredosis de láudano, Rossetti fue a visitar a Fanny, o como él la llamaba a veces, "mi elefante". Fanny era, realmente, una mujer de aspecto curvilíneo y voluptuoso, bien distinta de jóvenes altas y delgadas, casi sin curvas, como Elizabeth Siddal, o Jame Morris, y tal vez esa diferencia resultaba realmente atractiva a Rossetti, que desde luego, no era justo con ella, tildándola de elefante.
Ciertamente, Fanny no era una mujer falta de atractivo. Aunque el hermano de Rossetti insiste en que era rubia, aparte de buena persona, más bien era pelirroja. Por lo que fuera, Dante Garbriel sentía atracción especial por las mujeres de cabellos rojizos, pero también que, por su situación económica y personal, y su falta de cultura -no por gusto, sino por falta de oportunidades- se pudieran sentir deslumbradas, y al tiempo desearan ser "protegidas", o más bien dirigidas, por un artista de renombre e importantes ingresos económicos, como era él. O al menos, lo fue en sus buenos tiempos, pues las disputas con los críticos, la pérdida de clientes, y sus problemas mentales y con las drogas, debieron de hacer de Rossetti una persona con la que era realmente difícil, muy difícil convivir. Fanny, realmente, llegó a casarse no una, sino dos veces, pero el primero fracasó, aunque el segundo, con John Schott, de familia de actores, fue más estable, y perduró hasta la muerte de éste. En realidad, resulta un tanto complicado seguir la vida de esta mujer, mejor persona, y más paciente, de lo que creyó tras la desaparición de los prerrafaelitas, y que tuvo un firme defensor en William, el hermano de Dante Gabriel, que siempre la consideró una excelente persona -probablemente, pensaría que su hermano habría estado y acabado mejor de haberse casado con ella- pues parece probable que estuviera, al tiempo, casada y viviendo en pareja con Rossetti.
Tras la muerte del pintor, de su marido, y finalmente de su hijastro -el hijo de su marido-, acabó ingresada por su cuñada en un centro para enfermos mentales, donde vivió y murió de forma oscura. Hasta hace bien poco, su nombre y existencia apenas eran tenidos en cuenta a la hora de hablar del prerrafaelismo, pues, al contrario que Siddal, no fue una artista, ni tampoco se transformó en una culta dama, como Jane Morris. Pero eso no significa que no merezca su espacio en la historia general del prerrafaelismo en general, y la Hermandad en particular. Aunque sea un espacio pequeño.

"Lady Lilith", con Cornforth de modelo (1868). Se trata de una reproducción en forma de acuarela, que más adelante...

Lady-Lilith.jpg
... sería repintado, en 1872-3, con el rostro de su otra modelo preferida, Alexa Wilding.

 1859.png Dante Gabriel Rossetti Bocca Baciata
"Bocca Baciata" 1859), no sólo fue una de las primeras pinturas realmente famosas de Rossetti, y también de las primeras obras en las que apareció Cornforth, sino también el principio de la fama a gran escala de Rossetti.

Una foto de familia. De izquierda a derecha: el poeta Algernon Swinburne -gran amigo de Rossetti, y junto a Christina, hermana de éste, uno de los pocos literatos que podrían considerarse realmente prerrafaelitas-, Dante Gabriel Rossetti, Fanny Cornforth -cuando trabajaba de ama de llaves para su amante, y vivía, al menos por temporadas, con él-, y William Michael Rossetti, que en su juventud fue poeta, además de crítico, defensor y cronista no oficial del prerrafaelismo, y que participó activamente en su revista "The Germ".

Un dibujo a lápiz de Fanny, probablemente de finales de los 50, o principios de los 60 del XIX.

Otra mujer importante en la vida de Rossetti, aparte de las tres nombradas, aunque menos, sería Alexa Wilding. Alice, o Alexa Wilding, era una mujer de origen obrero, que vivía sola con dos niños, que probablemente eran hijos de unos tíos con los que convivió hasta la muerte de ambos. Rossetti parece que la conoció de pura casualidad, viendola caminar por la calle, y la convenció para que fuera su modelo, prometiéndole pagarle bien para que no se viera obligada -o simplemente pensara- en posar para otros. Como ya se sabe y se ha dicho hasta la extenuación, Rossetti era muy posesivo con las que consideraba "sus mujeres", y eso incluía sus modelos. Alexa aceptó, aunque de mala gana, pues las modelos artísticas que no fueran de buena familia no tenían demasiada buena fama en aquellos tiempos, pero finalmente fue una de las modelos preferidas de Rossetti, que estaba encantado con la elegancia y sensualidad de la joven -como no- pelirroja. Sin embargo, existen una gran diferencia entre Wilding, con Siddal, Cornforth o Morris: nunca hubo -al menos que se sepa- ninguna relación sexual o sentimental entre el pintor y ella. Trabajaron en muchas obras, y no pocas de las más famosas -sobretodo de temática, digamos- medieval/renacentista- la tienen como modelo.
A pesar de que no hubiera amor entre ellos, sí existía una sincera amistad, pues Alexa, a pesar de que tras la muerte de Rossetti tuvo siempre un nivel de vida modesto, cuando podía, viajaba regularmente para dejar coronas de flores en la tumba del artista.

Pintura de Alexa Wilding
Alexa Wilding, como "Veronica Veronese" (1872).

Rossetti, Dante Gabriel - Ghirlandata - 1871-1874.jpg
La "Ghirlandata (1873), hizo que el rostro de Wilding pasara a la historia, aunque casi nadie sepa quién fue realmente ella. ¿El nombre de la modelo? ¿Importa eso? Pues quizá sí, más de lo que podría pensarse.

Pintura de Alexa Wilding
Alexa Wilding a la derecha, y Marie Spartali a la izquierda, en "La glorieta del prado" (1872). La década de los 70 del XIX fue, quizá, la mejor época artística de Rossetti.

Un retrato a lápiz de Wilding, de 1865, el año en que la descubrió Rossetti, de pura casualidad. Una casualidad a la que el arte debe mucho, pues Wilding fue una magnífica mdelo y musa.


Otro retrato a lápiz de Alexa Wilding, de 1879.

El dolor de cabeza de Holman Hunt: Annie Miller. Sus esposas: las hermanas Fanny y Edith Waugh

No sólo Rosssetti tuvo sus amores y modelos, o ambas cosas a la vez. Anni Miller fue otro personaje femenino que, al menos en sus primeros tiempos, tuvo su espacio e importancia en la historia de la Hermandad. De origen modesto, de padre militar -herido en las guerras napoleónicas, y que tuvo que buscarse la vida como pudo-, y tras perder muy joven a su madre, vivía con otros familiares hasta que la conoció Hunt, trabajando ella de camarera. En series y libros a veces se cuenta, o se insiste, en que, como Cornforth, ella también fue prostituta, pero o bien es una suposición -aunque pueda estar bien fundada- o lo hizo sólo de forma temporal. En realidad, en aquellos tiempos, en Europa había muchísimas mujeres que se prostituían, aunque sólo fuera en tiempos breves de su vida, por pura supervivencia, así que pudo ser ambas cosas a la vez. Hunt quería casarse con ella -sentía atracción física y sexual con ella, pero deseaba que ese sexo fuera dentro del matrimonio-, así que, cuando marchó a Oriente a inspirarse y "encontrarse a sí mismo", le pidió que se culturizase, se relacionara con Millais y otros pintores de confianza -que en cierto modo, no sólo la podrían tener de modelo, sino también vigilarla un poco-, y, en definitiva, le esperase.
Pero cuando volvió de Oriente Próximo, supo que Annie también había posado de modelo para el mujeriego insaciable de Rossetti -y por lo visto, debió haber algo más que amistad o trabajo, pues la misma Siddal acabó enfureciéndose con ambos, y tirando por la ventana varios dibujos que Rossetti había hecho de Annie-, entre otros, y que tenía algo más que amistad con un noble de mala vida, ell vizconde Ranelagh, lo que hizo que Hunt rompiera la promesa de matrimonio. El noble, incluso, llegó a aconsejar a Miller que reclamara a Hunt algún tipo de compensación, tras la ruptura unilateral. Pero Anni acabó dándose cuenta de que Ranelagh era una desgracia de hombre y, curiosamente, acabó por casarse con un tercero: el primo del vizconde, Thomas Thomsom, con el que tuvo al menos dos hijos, y vivió junto a él hasta su muerte, con ochenta y seis años. Ella todavía vivió seis años más, y, por lo que contó Hunt, se vio en alguna ocasión con el pintor, pero más por casualidad que porque ninguno de los dos planearan cita alguna.
Hunt, sin embargo, no permaneció soltero. Se casó con una joven anónima, que no ejerció de modelo, Fanny Waugh, que falleció en el parto de su primer hijo. Entonces, Hunt decidió casarse con su cuñada, Edith Waugh, pero como las leyes británicas prohibían los matrimonios entre cuñados, tuvieron que casarse en el extranjero con ella. Una tercera hermana, Alice, se casó con un amigo de Hunt, y miembro -al menos, al principio- de la Hermandad: el escultor, y en su juventud poeta, Thomas Woolner.

Uno de los retratos que realizó Rossetti cuando tuvo a Annnie Miller de modelo, para enfado y desesperación de Siddal.

Annie Miller, como Helena de Troya (1888), pintada por Rossetti.

"El despertar de la conciencia"; con una Miller que más bien parece una feliz esposa al la do de su marido. ¿Hunt imaginó su vida con la modelo, y quiso representarla aquí?

Millais también la pintó, aunque de forma austera. Como "la futura esposa de un amigo". A Millais siempre se le consideró "el buen chico" de la Hermandad, frente al excesivo y mujeriego Rossetti, y esa bomba de relojería a punto de estallar que en ocasiones era Hunt.

File:William Holman Hunt - Portrait of Fanny Holman Hunt.jpg
Un retrato de Fanny Waugh (1867), primera esposa de Hunt, fallecida en su juventud, durante un parto. El pintor se casaría al poco con una de sus hermanas, Fanny.


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