lunes, 19 de septiembre de 2016

La locomotora de Montparnasse: un clásico de la fotografía de principios del siglo XX.

Entrada cortita: una fotografía que llama la atención, a pesar de tener más de cien años de antigüedad.


Estas entradas cortas no están nada mal. Al menos, para mí, pues permiten hablar de tal o cual fotografía, dato o hecho histórico en cuatro líneas, y de paso, "guardarlo" en el blog. Pues algo que pasa, sí, es que, en alguna ocasión, leemos -en un libro que no es nuestro, en un periódico o revista, en una web- algo que nos interesa, pero que nuestra memoria no guarda como desearíamos. Para eso están también los blogs, cuando son nuestros: para poder guardar esas imágenes, comentarlas, escribir lo que hemos averiguado aquí y allá, y de paso, compartirlo. Y si a alguien más le interesa, bien. Y si no... bueno, pues al menos eso que tengo.
Bueno, exactamente, ¿de qué va esta entrada, o post, en cuestión? De una fotografía que vi hace ya una eternidad, no recuerdo ni donde ni cuando, y con la que me he encontrado de vez en cuando en internet. Ahora sí, he podido copiarla, y enterarme, exactamente, cuándo y dónde ocurrió el desastre ferroviario que fue fotografiado.
Se trata de un accidente acontecido en 1895. Hace, pues, más de ciento veinte años. En aquellos tiempos, sí, tanto el ferrocarril, como la fotografía, eran tecnología que enorgullecía a las gentes de aquella época, como ejemplo de hasta dónde estaba llegando la sociedad y los avances científicos, pero no eran, tampoco, inventos de última hora. Hacía ya décadas que habían aparecido, y que llevaban desarrollándose, hasta haber llegado a ser tan habituales que parecían existir desde hacía ni se sabía cuando.
Bien, pues lo dicho. Aquello ocurrió en el lejano 8 de octubre de 1895, y fue e París. Para ser más exacto, en el barrio, o más bien en la estación de ferrocarril de Montparnasse. La locomotora entró en la estación a una velocidad de entre 40 y 60 km. por hora, que en aquellos tiempos, no era poco, precisamente -teniendo en cuenta que dicha velocidad la llevaba al entrar en dicha estación, no es una vía libre, de una ciudad a otra, sin peligro, al menos en teoría, de toparse con nada ni nadie. El accidente debió ser terrible, y murió una pasajera, y otros cinco resultaron heridos de cierta gravedad, aparte del susto de todos los que iban en la locomotora y los vagones. Eso no se lo podía quitar nadie.
Y por lo visto, sacar de allá la locomotora no debió ser fácil, pues estuvo cuatro días a la vista de todo el mundo, después de que destrozara el muro de la terminal, y acabara estrellándose en plena calle. Parece que al maquinista, que de forma voluntaria fue demasiado deprisa cuando no debía porque el tren iba con retraso, aquello le salió caro, pues fue multado con cincuenta francos de la época, que no era poco, aunque no consta -tampoco hay tanta información como podría pensarse- que fuera despedido, lo que habría sido lo más lógico.

Gran parte de la información, aparte de las fotos, la conseguí en la web mashable.com, para quién quiera echar un vistazo.

Y aquí, la fotografía más famosa del accidente:


El desastre, visto a pie de calle, y desde cierta distancia. Los raíles que se ven son del tranvía, así que el accidente podría haber sido mucho peor.


Sacar aquella mole no debió ser nada fácil. En principio, lo primero que debió iintentar la policía, o quien enviaran las autoridades, fue evitar que cayera el vagón que se encontraba tras la locomotora. No se está demasiado seguro de cómo la debieron sacar de allá, porque hay poca información al respecto.

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Y sí, el accidente en cuestión, también se ha visto reflejado en el cómic. Aquí, en una historia de Adèle Blanc-Sec, de Tardi.

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