Unas cuantas fotografías en color de la Grecia de entreguerras.
No se trata de la Grecia clásica, tampoco de la actual, pero sí una ventana a un país que, hace casi un siglo, conservaba una fuerte identidad propia.
Como no ando muy sobrado de tiempo, no se lo puedo dedicar al blog. Así pues, intentaré escribir alguna entrada aunque sólo sea para que haya algo de movimiento. Y mientras, acabaré como pueda la serie dedicada a los prerrafaelitas -aunque no sé cuando; cuando creo que ya llega a su fin ¡aparece un nuevo tema, un nuevo artista-, y a la escultura moderna, si bien se quedarán fuera muchas obras espectacuares, o al menos, interesantes. Pero de saber de ellas, también les dedicaré una entrada, por pequeña que sea.
Mientras, aquí unas fotografías en color -un color un tanto primitivo, pero magnífico para la época- de la Grecia, sobretodo de la isla de Creta, de los años veinte, poco después de la I Guerra Mundial, y apenas unos años después de que el país creciera por el norte a costa del desfalleciente Imperio Otomano, en las Guerras Balcánicas, o en expansiones algo anteriores (1905), que significaron la anexión de Macedonia, el Epiro, Tesalia y Creta, y tras haber recibido, tras la Gran Guerra, y la lucha que siguio contra la naciente República Turca de Ataturk, la llegada de un millón de refugiados de los territorios que anteriormente fueron bizantinos, y donde, en algunas zonas -la costa turca del Egeo-, los griegos llevaban viviendo casi tres mil años.
Fueron realizadas por el fotógrafo del Nacional Geografic Maynard Owen Williams, en un viaje a Grecia en la década de los 20, como ya se ha contado, aunque ya conocía el país heleno por uno anterior, en 1919, recién acabada la Gran Guerra. Fue el primer corresponsal en el extranjero de la revista, y entre otros reportajes, destacó el que realizó en 1923 en Egipto, en el que describía la apertura de la tumba de Tutankamon.
Una joven con el traje tradicional de Tesalia, en el norte. Quizá en esa zona septentrional de Grecia hubiera cierta influencia eslava.
Un hombre de Creta, orgulloso de su vestido, de clara influencia oriental, y su paraguas, un lujo en aquella época, y que debía usar más para protegerse del sol que de la lluvia.
Una joven limpiando maíz, cerca de la ciudad de Salónica, cuando todavía era tan judía sefardita como griega.
Un monje artista del monte Athos, autor de iconos religiosos -en este caso, San Nicolás-, influencia cultural del extinto -y para ellos casi legendario, por en gran parte olvidado- Imperio Bizantino -aunque los "bizantinos" siempre llamaron a su estado Imperio Romano-.
Un sacerdote y un monje posando al lado de un pozo de un monasterio de la isla de Corfú, en la costa occidental griega.
Un hombre de Creta, fumando una pipa de agua. Tanto ésta, como la ropa que lleva el retratado, indican una fuerte influencia turca y oriental.
Una mujer de la población de Astypalaia, una de las islas del Dodecaneso, griegas, pero frente a la costa egea turca.
Una joven de la ciudad de Candía -Heraklion, en griego original-, en Creta, con uno de los trajes regionales de la isla.
Algo posteriores esta imagen, de principios de los 30. Son dos actores, vestidos de griegos antiguos, entre las ruinas de un templo de Poseidón.
Otra fotografía de la misma época y lugar. Los actores griegos llevaban máscaras que cubrían toda la cabeza, no sólo la cara, pero por lo demás, intentaban ir vestidos -dentro de lo que se sabía en aquellos tiempos- como supuestamente iban los griegos antiguos, aunque no se sabe bien si los de época clásica o arcaica, o los de tiempos micénicos -la "Época de los héroes", que decía Hesíodo-.
Las fotografías, menos las dos últimas, y algunas más, se pueden ver en la web dinfo.gr. Está en griego, pero si el ordenador es capaz de hacer traducción instantanea, resulta muy interesante para cualquiera interesado por la cultura griega, antigua o moderna.
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